¿Quién es quién en la industria del aborto en España?

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(La Gaceta- Santiago Mata)  Zapatero miente cuando dice que quiere hacer del aborto un asunto público. Al menos los datos lo desmienten, año tras año. Desde su llegada al poder en 2004 (y hasta 2007, último año con datos), las clínicas privadas han pasado de ejecutar el 96% a casi el 98% de los abortos, invirtiendo la tendencia de los años anteriores. En los últimos años de Aznar los abortos en la sanidad pública fueron aumentando (1.698 en 2001, 2.282 en 2003). Desde el máximo de 3.034 registrado en 2004, han vuelto a descender año tras año (2.344 en 2007).

Con Zapatero, hay cada año menos abortos en la sanidad pública, en porcentajey en números absolutos Zapatero dijo en el programa Tengo una pregunta para usted que el dilema está entre dar a la mujer un derecho a abortar sin más límite que un plazo, o bien “llevar a la cárcel a mujeres”. El Gobierno dice que, para evitar lo segundo, la nueva ley de plazos impondrá mayor secreto en las historias clínicas de abortos, sustituyendo los nombres por números consecutivos.

 La realidad es que, en el proceso contra Carlos Morín en Barcelona por abortos ilegales fueron interrogadas 158 mujeres, sin que se desvelara el nombre de ninguna, que sólo conoce la jueza, y sin que ninguna fuera acusada. Si no es frente a la Justicia, ¿frente a quién hay que proteger los datos? El único caso de filtración reciente, fue una clínica de abortos (Lasaitasuna, Bilbao), multada en abril pasado por colgar en la Red historias clínicas de 4.000 mujeres que abortaron. Si se quiere recurrir a la historia, puede recordarse que, para defenderse cuando hacía abortos ilegales, el hoy presidente de la clínica Acuario, Pedro Enguix, publicó en 1983 una lista con nombres, direcciones y DNI de 2.779 mujeres que habían abortado con él. No le pasó nada.

Proteger a las clínicas frente a las clientas
La nueva ley no controlará a las clínicas (sería la autentica y necesaria novedad), sino que las protegerá frente a sus clientas, que no podrán acceder a su propia historia clínica. El ya escaso control público que suponían los tres supuestos (peligro para la salud, violación o malformaciones), a uno de los cuales había que acogerse, sólo se mantendrá para abortos tardíos.

Más negocio con menos control, por tanto. Pero, a pesar del indudable atractivo económico, estos centros tienen dificultades para conseguir personal competente. Así lo reconocía en diciembre de 2007 el responsable de la Clínica El Bosque a un médico infiltrado que presentó su currículo, fue inmediatamente fichado, y publicó la grabación de la entrevista en Intereconomía. El Bosque está especializada en abortos con solución por salinos, y para ejecutarlos tiene convenios por ejemplo con Asturias, región de procedencia de una mujer de 30 años que falleció el pasado día 13 después de sufrir en El Bosque un paro cardíaco.

El único caso de filtración reciente de los nombres de mujeres que abortaron fue el de la clínica vasca Lasaitasuna Quien impulsa el crecimiento del aborto al ritmo de la economía china en sus mejores años (32% de 2004 a 2007) es, por tanto, exclusivamente la industria privada. Los ingresos anuales, que superan los 50 millones de euros, se reparten sin competencia. Las empresas congregadas en la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción (del embarazo, palabra que se cae de las siglas de Acai), se reúnen cada año una o dos veces en un congreso para delimitar sus áreas de negocio.

La sobreprotección con que la nueva ley bendecirá a las clínicas de abortos permitiría prolongar el limbo fiscal en el que viven, ya que no declararían ni la mitad de sus ingresos. Muchas no extienden factura a las clientas que no vienen acreditadas por la sanidad pública. La cantidad de dinero sin justificar permitiría a sus dueños presentar balances relativamente  modestos e invertir en otras empresas. Su margen imaginativo es reducido y suelen dedicarse a otras especialidades médicas o al antes boyante negocio inmobiliario.

 Además de los 50 hospitales públicos que se reparten el 2% de abortos que no hacen las clínicas privadas, hay dos grandes empresas sanitarias que los hicieron en 2007: el Centro Médico Teknon (747 empleados, 68 millones de euros de ingresos en 2007) y el Instituto Dexeus, también de Barcelona (327 empleados, 28 millones de ingresos en 2006).

 Dentro de las clínicas específicas de abortos, el grupo más fuerte es el de Dator (Partner Line SA). Guillermo Sánchez preside o es consejero de cuatro clínicas de abortos y a través de sus empresas controla otras tres directamente y cuatro indirectamente. Dos clínicas (Dator y Gara: en ésta dejó de ser consejero delegado en 2005) y seis empresas suyas están en el top-19 de las vinculadas al aborto con ingresos superiores al millón de euros.

El ‘grupo’ Dator
El presidente de Dator fue accionista de la farmacéutica Bial (disuelta y refundada por sus propietarios portugueses), según el Registro Mercantil, en el que Sánchez aparece como accionista o administrador de 26 empresas. Las del ramo sanitario comparten sede con Dator, pero las hay de sectores tan variados como la enseñanza (Escuela de Negocios SA, Centro Español de Educación a Distancia-CEDED), la promoción inmobiliaria (Tensa Inmuebles, Construcciones Autoportantes, Grucopa, Guiraser Service), el transporte marítimo (Easyflet), las telecomunicaciones (Cablecan), los laboratorios farmacéuticos (Diater), los servicios recreativos (Guest Card), la producción de energía (Hidroeléctrica de Boñar), la hostelería (Model Hotels) o la informática (Roadnet). Adivinen dónde va el dinero del aborto.
 
Guillermo Sánchez, presidente de Dator,es accionista o administrador de 26 empresas Además de ser el empresario con más clínicas de aborto y con más empresas de otros tipos, Guillermo Sánchez es el que más ayudantes tiene. Con su hermano Saturnino ha coincidido en una decena de empresas, en otras tantas con Pablo Cubero y con Ramón Hernández Lorenzo en el doble. La presencia de personas de confianza de Guillermo Sánchez en consejos de administración de otras empresas en las que él no está presente, permiten deducir su papel decisivo en el negocio del aborto en Madrid (con la excepción de Callao, clínica vinculada a un grupo andaluz), Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias. Con las dos clínicas de Sergio Muñoz (El Bosque y Los Arcos) conecta al sentarse, él y sus dos colaboradores más directos, junto con Muñoz, en el consejo de administración de la clínica de abortos de Zaragoza (Actur).

 En Madrid, la clínica Isadora no pertenece a Sánchez, pero uno de sus administradores, Javier Hidalgo, es junto con Muñoz administrador de otra sociedad médica (SJS). Hidalgo, a su vez, fue administrador de una empresa extinta, Clilab, en cuyo consejo coincidió con el jefe de la clínica barcelonesa D’Ara, Santiago Barambio, que también es presidente de la asociación Acai. También fue consejera de Clilab la portavoz y ex presidenta de Isadora, Marisa Castro, que en sus tiempos de diputada por Izquierda Unida, en marzo de 2003, espetó al Gobierno de Aznar un grito de “¡Asesinos!” que hubo de ser suprimido del Diario de Sesiones. Castro, que ya en 1986 era relaciones públicas de Dator y presidía la Asociación de Planificación Familiar de Madrid, defendió también la eutanasia en el Parlamento. Antes, entre 1991 y 1999, fue concejala de IU en el Ayuntamiento de Madrid.

 De las buenas relaciones entre Isadora y la Comunidad de Madrid da fe que Antonio Becerra, coordinador de la “unidad de trastornos de identidad” en la sanidad madrileña, aprendiera las técnicas de cambio de sexo durante sus años como endocrino en esta clínica.

La voz del hombre invisible en las Cortes
Guillermo Alfonso Sánchez Andrés lidera la industria del aborto en España, pero es un hombre invisible. Su decisión de manejar los hilos desde la oscuridad es respetada incluso por nuestros legisladores, que le convocaron en el Congreso para recibir su consejo sobre la nueva ley del aborto aceptando que entrara y que saliera sin que nadie pudiera captar su imagen.

Por medio de Sergio Muñoz, Sánchez accede al grupo El Bosque e, indirectamente, a Isadora y D’Ara En su intervención ante la subcomisión de Igualdad el 18 de noviembre, despreció el estrés postraumático que sufren muchas mujeres (síndrome post aborto) y afirmó: “Para la mayor parte de las mujeres que ha tenido un aborto, el procedimiento significó una experiencia de maduración, una forma eficaz de hacerle frente a una situación de crisis personal. De hecho, la respuesta emocional más notoria de la mayoría de las mujeres, y nuestra experiencia también es así en los seguimientos que se hacen en los centros de planning, en el primer trimestre de embarazo es la sensación de alivio”. Como ideal político, se refirió a que “ya en Cataluña, en 1936, se promulgó la Ley Eugenésica del Aborto, de Federica Montseny, reconociendo el derecho de la mujer a decidir”.

 Santiago Barambio, la cara visible de Acai
El presidente de la asociación de clínicas abortistas Acai es Santiago Barambio, que tiene una clínica en Barcelona (D’Ara, antes Tutor Médica), además de una empresa de servicios (Magda Factoría) y una residencia (Centre d’Atenció Residencial Especialitzada, comparte sede con la anterior y se creó en 2003, cuando Barambio dejó de presidir Residencias Aidar).

 Mientras que el presidente de Dator, a cubierto de posibles reacciones, se permite cargar su discurso negando el síndrome post aborto, o haciendo demagogia política (invocando a la ideóloga anarquista Federica Montseny, 1904-1994), Barambio es menos imaginativo, y cuando se inició la investigación en las clínicas de Morín a finales de 2007, desveló el orden de prioridades que había de tener la nueva ley del aborto: “En 22 años de trabajo no había pasado nada, ahora con esta situación nos hemos dado cuenta de que la ley vigente de aborto en España presenta debilidades y no propone medidas que protejan a profesionales y mujeres” (11 de marzo de 2008). El PSOE había ganado las elecciones dos días antes y el profesional al que se refiere es Morín, que operaba sin advertir a sus clientas de que tenía el sida.

 Desde el punto de vista científico, Barambio no discrepa de Sánchez, y así en un encuentro digital en El País el 11 de enero de 2008, al preguntarle un lector en qué se basaba “para no considerar que se mata a un niño” en el aborto, contestaba: “Cuando nazca y sobreviva 24 horas será un niño. Otra cosa es que haya vida, también están vivos los espermatozoides y no son un niño aunque sean necesarios para que llegue a existir un niño”.

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