8 de diciembre de 1585, un día milagroso

Filed under General, Solidaridad

milagro-de-empelEra diciembre de 1585. En Flandes el Tercio de Francisco de Bobadilla después de la toma de Amberes estaba bloqueado por la escuadra holandesa. Cercados y aislados, el hambre y el frío ponían a prueba la resistencia de aquellos infantes españoles.

El sábado 7 de diciembre la situación era desesperada y el Maestre Bobadilla llamó a los capitanes y soldados exhortándoles “a rezar para que Dios los librase del espantoso peligro en que estaban”. Pero sucedió algo que cambió en curso de la contienda como lo expresa la siguiente cita:

“En esto, estando un devoto soldado español haciendo un hoyo en el dique para guardarse debajo de la tierra del mucho aire que hacía junto a su tienda y cerca de la iglesia de Empel, a las primeras azadonadas que comenzó a dar para cavar la tierra saltó una imagen de la limpísima y pura Concepción de Nuestra Señora, pintada en una tabla, tan vivos y limpios los colores y matices como si se hubiera acabado de hacer”.

La imagen, entre las banderas, es llevada en procesión a la iglesia y los soldados rezan con fe a su Virgen Inmaculada. Por la noche ocurre algo que no era normal en esa época del año; una gran tormenta con un viento muy frío congela la superficie de las aguas, lo que fue aprovechado por los infantes para salir de su asedio caminando sobre el hielo, sorprendiendo y derrotando, no sin grandes sufrimientos, a la escuadra holandesa. Esta gran victoria ocurrió el domingo 8 de Diciembre festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen

Todos atribuyen a la protección de la Inmaculada su salvación y victoria y allí mismo la proclaman Patrona de los Tercios de Flandes y de toda la infantería, aunque ya era venerada desde hacía tiempo como lo demuestra un estandarte de 1550 existente en el Museo del Ejército con la imagen de la Inmaculada. La Virgen Inmaculada se instaló en el corazón de los infantes y no hay infante que la rechace.

 

El patronazgo de nuestra Infantería lo describe magistralmente un poeta-soldado, el coronel Luis López-Anglada:

“Fue un soldado del Tercio; cuando era
oficio de españoles ver la muerte
como un servicio más de honra y de suerte
amiga del más bravo y compañera.

Cavaba para tumba la trinchera
más que para salvarse. Tierra inerte
echa para descanso del más fuerte.
Siempre juntas la muerte y la bandera.

Encontró el cuadro; lo sacó del suelo.
Se arrodillaron todos bajo el Cielo
de la noche de Holanda oscura y fría.

Y no hubo novedad. De madrugada
se heló el mar y sobre el agua helada
desfiló una vez más la Infantería”.

(Luis López Anglada)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.