Desde que el Ministerio de Sanidad y Consumo autorizó el uso de la píldora postcoital con receta médica, hasta el momento actual en que es posible adquirirla libremente en las farmacias, con la razonable crítica de los farmacéuticos, se ha producido un aumento progresivo de los embarazos no deseados que se pretendía evitar.
Se nos dijo en su momento que su uso estaba orientado a propiciar la anticoncepcion de urgencia. No explican, sin embargo, que la píldora del día después no es un simple anticonceptivo, pues al margen de ser una auténtica bomba hormonal con evidentes riesgos para la salud de las mujeres, en el 75% de de los embarazos evitados es abortiva: evita que el cigoto, ya en fase de desarrollo de blastocisto, anide en el endometrio como sería lo natural, produciéndose una menstruacion artificial de efecto antimplantatorio.
Traduciendo a lenguaje coloquial: el óvulo fecundado avanza buscando el lugar que la sabia naturaleza femenina habrá preparado para su estancia durante los nueve meses de gestación. Pero la química derrumba el hotel preparado para la ocasión, aniquilando una vida humana única e irrepetible.
Por otro lado en un informe del Population Research Institute , se reconoce que -tal y como ha ocurrido en otros países- el uso habitual de la PDS ha incrementado el número de relaciones sexuales, trivializando el sexo y aumentando los riesgos de contagio de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no deseados. Además, dicho informe sostiene que “el uso repetido de la píldora del día de después, altera seriamente el ciclo sexual femenino”.
Resulta una evidencia que a mayor “información sexual” basada únicamente en el uso de métodos anticonceptivos, mayor cifra de embarazos no deseados y de abortos pues ambos aumentan imparablemente año a año especialmente en menores de 25 años.
La clave no esta pues en la información, sino en la correcta y equilibrada formación y educación sexual.
Da la impresión de que, en nuestro país, no se busca la solución sincera a los problemas que se plantean en este terreno, ya que sus decisiones empeoren cada vez más las cosas. Con la nueva ley del aborto y la dispensación libre de la píldora del día después, se aumenta aún más el número de abortos.
Lo único que parece obsesionar a nuestros dirigentes es lo “políticamente rentable”, aunque al final los únicos que vean claramente incrementadas sus rentas sean las clínicas abortistas.