François-Xavier Bellamy tiene 33 años y es profesor de literatura y filosofía del Colegio Blomet de París. También es una de las figuras más populares del pensamiento francés actual, con su defensa insistente de “la transmisión de la cultura”, sin la cual sólo quedan huérfanos, jóvenes con acceso a internet pero vacíos por dentro… y ese vacío lo llenan todo tipo de ideas extremistas y dañinas, empezando por el yihadismo.
Bellamy ha publicado recientemente en español “Los Desheredados” (Ediciones Encuentro), un libro de 170 páginas pero contundente, que exhorta a recuperar la relación entre nuestra generación y las anteriores y a dar una patada a las supersticiones del tipo “no hace falta leer ni estudiar, lo importante es pensar por uno mismo”. Porque, como es evidente, quien ni lee ni estudia no pensará y será más que manipulable.
FUENTE: REL
Bellamy participó este sábado 14 de abril en el encuentro educativo #CBE18 (congresobeeducation.com), segunda edición del Congreso Internacional de Educación organizado por Be Education, en el Colegio Internacional JH. Newman en Madrid. Allí respondió algunas preguntas de ReL.
– Se cumplen 50 años de mayo del 68. ¿Alguien pedirá perdón o hará autocrítica?
– Por supuesto que no. Los que salieron a la calle en mayo del 68 hoy son los notables, los poderosos de nuestros días. Pero en realidad los que se veían eran personajes secundarios, que seguían el papel que otros escribieron.
– ¿Quiénes serían esos otros detrás del 68?
– Para mí la fecha clave en 1964, cuando el marxista Pierre Bourdieu publica “Los herederos”. Viene a decir que la cultura, es decir, tener cultura, es como el capital, que sirve para perpetuar las divisiones de clase. La cultura, y la educación, son malas, perpetúan el sistema y sus injusticias. Así que el mayo del 68, esa revuelta estudiantil y juvenil, nace de una crítica destructiva, fuerte, contra la educación, la cultura y la misma idea de autoridad educativa. Todo eso termina teniendo una dimensión nihilista.
– ¿Ha triunfado la ideología de mayo del 68, lo tiene todo?
– Yo diría que han conseguido que sus ideales sean masivamente dominantes en la sociedad francesa y en la política francesa. Pero ellos no han conseguido vivir según esos ideales, sobre todo en el mundo de la educación. Los centros de élite más exclusivos de París están llenos de hijos de los que salieron en mayo del 68. Es el mayor síntoma de incoherencia de esa generación.
– Hay quien parece pensar que quien tiene convicciones firmes y las transmite a sus hijos, es un fascista, un opresor, porque “le impone” sus valores.
– Es evidente que no está bien intentar hacer que tu hijo sea una fotocopia de ti, un clon tuyo. Pero sí has de educar a tu hijo para que pueda ser libre. Y dar al niño lo mejor que puedes darle, de tu cultura, de tus raíces. Un niño no es más libre sin padre… al contrario, el adulto le ayuda a crecer y a mejorar en su búsqueda y deseo de la verdad.
– Antes de Bourdieu, usted escribe de dos precedentes que desconfiaban de “los libros”, de “la educación” y hasta de “los padres”. El niño Emile, de la obra de Rousseau, es criado sin padres. Descartes era huérfano, y basaba toda su filosofía es desconfiar de los maestros…
– Yo, como profesor, veo que cada vez que un alumno está mal es que detrás quien está mal es la familia, los padres. Esto refuta el Emile de Rousseau.
– Y la idea del niño salvaje y sabio…
– En el siglo XIX llamó mucho la atención el caso de Victor, un niño que se había criado en el bosque él solo. Lo estudiaron y vieron que no podía comunicarse, ni entender sus sentimientos, ni pensar bien. Dijeron: “es idiota y por eso lo abandonaron”. Pero un médico que lo acogió y cuidó llegó a la conclusión contraria: “precisamente porque lo abandonaron quedó sin desarrollarse”. El hombre, por sí solo, es un animal muy débil. Sólo la cultura le hace el más fuerte de todos. Separar a un niño de sus padres, de sus raíces, dejarle sin cultura… todo eso creará alienados, no hombres libres.
– Algunos dicen, ¿por qué estudiar cultura, o literatura, si está todo en Google?
– La cultura no es un bagaje, no es una maleta. Si fuera una maleta, algo pesado, externo, fastidioso, querríamos que otro lo lleve: ¡Google! No, la cultura no se parece a eso.
»La cultura no la llevas, sino que forma parte de ti, te da forma, te hace crecer, te enriquece. No es un capital, que cuanto más se reparte, toca a menos a cada uno. Al contrario: cuanto más compartes la cultura, más tienes, más tenemos todos. Como una cosa viva crece, se amplía siempre, al transmitirla, no al almacenarla. La cultura no consiste en “tener” sino en “ser”.
– Bueno, pero memorizar en tiempos de Google…
– Hacen que parezca que poner a memorizar a los alumnos sea una crueldad sádica. En francés, a aprender de memoria le llamamos “aprender de corazón”. Mi abuelo me dijo a los 7 años: “si quieres ser feliz, apréndete cada día dos versos”. Y luego pasé a cuatro versos, y a memorizar muchos poemas. La memoria humana no es como la del ordenador. El ordenador se llena y cada vez funciona peor. En cambio, en la mente humana, cuanto más aprendes y memorizas, mejor memorizarás después. Pero hoy no hay en ningún instituto de Francia ningún niño que sepa de memoria 10 poemas.
– Entonces la tecnología no es bastante…
– La tecnología almacena, pero no es capaz de reemplazar la transmisión de la cultura. Transmitir es clave, y ha de hacerlo un mediador, el maestro.No es lo mismo que decir “ahí tienes Google y una tablet y búscalo”. Hay que conocer en profundidad, interiorizado: si conoces la cronología de la historia, puedes situar tus raíces, si sabes poesías de memoria te enriquece por dentro y te transforma, pone palabras a lo que sientes, te da una mirada del mundo.