Campañas electorales y respeto

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Nos esperan dos citas electorales en España con sus correspondientes  campañas. En ellas se hablará con seguridad de la cripacion y falta de respeto al contendiente. Pero el respeto es mucho más profundo que el simple ataque verbal.

Respetar a alguien es tratarlo de acuerdo a su dignidad. Esta dignidad propia requiere de los demás un comportamiento adecuado, de modo que las faltas de respeto voluntarias son una injusticia, por incumplimiento de ese deber.  En cambio, donde hay respeto reina un ambiente cordial y amable, propio de la caridad.

Hay muchos ejemplos de falta de respeto en las relaciones sociales:
La difamación y las burlas rebajan la dignidad de las personas, y este trato injusto es una falta de respeto.
• Los obreros y subordinados son seres humanos. Tratarlos como esclavos es una falta de respeto a su dignidad de personas.
• En cualquier sociedad (familia, aula, empresa, ciudad…) debe haber autoridades que la dirijan (padres, profesores, jefes, concejales…). Esto exige a hijos, alumnos y subordinados un trato disciplinado y obediente. Las rebeldías son falta de respeto hacia la sociedad.
Las faltas de educación voluntarias (desplantes, portazos, etc.) suelen ser ejemplos de falta de respeto pues el trato adecuado entre personas debería ser otro.

Otros ejemplos de falta de respeto:
La mujer es una persona humana y es injusto tratarla como un objeto sexual. Esta injusticia es entre otras cosas una falta de respeto.
• El amor humano posee una gran dignidad que exige un trato delicado. La pornografía es una falta de respeto hacia la humanidad.
• Los animales y plantas están al servicio del hombre pero poseen de por sí alguna dignidad en cuanto criaturas. El hombre puede usarlos, comerlos y divertirse con ellos, pero dentro de cierto respeto. 

La gravedad de una falta de respeto depende de lo que se realice y de la dignidad que se intenta dañar. Lo peor son los insultos y burlas dirigidos a Dios.

Un gran dogma del egoísmo es afirmar: «yo respeto a los demás; que los demás me respeten». Esto es un falso respeto pues normalmente equivale a decir «allá ellos con sus problemas». El trato adecuado a la dignidad de los demás es interesarse por ellos, pues además de respetar es preciso amar a todos, deseando activamente su bien.

Cualquier persona posee una dignidad por el hecho de ser persona. Y así todo hombre merece algún respeto, un trato adecuado a su dignidad humana. Este deber básico incluye respetar sus bienes, su vida, su fama, su intimidad… Sin embargo:

Algunas personas merecen un respeto mayor debido a una dignidad superior. Por ejemplo, los padres, los ancianos, las autoridades, etc. El trato entre compañeros es diferente del trato hacia padres y profesores. Con éstos el modo de hablar y escuchar debe ser más respetuoso.
• También hay personas que por su conducta infrahumana pierden parte de su dignidad y merecen menor respeto. Por ejemplo, los delincuentes pueden ser encarcelados. El respeto no se opone a la justicia.

El respeto no significa dejar a los demás que hagan lo que les venga en gana. Hay cosas que se deben prohibir, y asuntos que se deben corregir. Tanto el respeto como la corrección se apoyan en la caridad que a veces exige corregir. Corregir en exceso o en defecto no es falta de respeto sino de caridad. Se añade la falta de respeto si se corrige con malos modos.

• El respeto mutuo protege la dignidad de las personas, proporcionando seguridad y confianza. El respeto es distinto del temor.
• La espontaneidad surge de la costumbre, que origina un modo natural o propio de comportarse. Si uno tiene el hábito de respetar, el respeto le saldrá espontáneo.

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