Cuidados paliativos a debate en el parlamento

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cuidados paliativos2.phpEsta misma tarde ha sido aprobada en el parlamento  español una propuesta para la futura ley de cuidados paliativos. La anterior proposición de ley sobre eutanasia fue rechazada hace unos días.

No sabemos cómo quedará la redacción definitiva del texto de la futura ley, pero el simple hecho de que nuestro parlamento haya elegido esta opción para el tratamiento de enfermos terminales o incurables ,es es una muy buena noticia.

Está claro que ni la obstinación terapéutica ni el abandono terapéutico son respuestas éticas a la situación terminal. Sí lo es, en cambio, la Medicina Paliativa. Al médico se le plantea, en cada encuentro con los pacientes incurables, una cuestión previa: la de reconocer, detrás de aquella apariencia dolorida o degradada, toda la dignidad de un hombre. La enfermedad terminal tiende a eclipsar la dignidad, a destruirla. La salud confiere, en cierto modo, la capacidad de alcanzar una humanidad plena; por el contrario, sufrir una enfermedad incurable supone, de mil modos diferentes, una limitación terrible de la capacidad de llegar a ser, o de seguir siendo, plenamente hombre.

Porque una enfermedad seria o incapacitante, y mucho más si es terminal, no consiste sólo en graves y críticos trastornos musculares o celulares: constituye también y principalmente, una amenaza a la integridad personal, que pone a prueba al enfermo en cuanto hombre. El buen médico no puede olvidarse de esto cuando está con sus enfermos y los atiende. Por todo ello los cuidados paliativos son un verdadero ejercicio de ciencia y humanidad.

Evidentemente, ante un enfermo en situación terminal, cabe reaccionar con respuestas diferentes a la Medicina Paliativa. Cuando no se sabe bien cómo ayudarle, o cuando sólo se ve la perspectiva de la muerte segura del enfermo sin considerarlo digno de ayuda en su último tramo de vida –“no merece la pena”, se escucha a veces-, se puede optar por abandonar al paciente: es el nihilismo terapéutico; esto puede ocurrirles a algunos profesionales que no están debidamente formados o entrenados para atender a pacientes en una situación tan compleja como es la fase terminal.

Otros ven en la eutanasia o el suicido asistido la única salida para esa situación; pero es una “solución” sólo aparente y poco creativa porque -más que resolver un problema- se opta por eliminar al que lo padece. Y, por último, hay quienes consideran la muerte como un fracaso propio o de la Medicina, en lugar de admitirla como algo natural cuando ya es irremediable; estos pueden caer fácilmente en el abuso de medios terapéuticos poco proporcionados o incluso en el ensañamiento terapéutico: son los que intentan retrasar la muerte a toda costa, con fármacos y otros medios técnicos a su alcance, sin considerar los nuevos sufrimientos añadidos que suponen para el enfermo o sin contar con su consentimiento ni con una causa que lo justifique.

Parece claro que en estas respuestas citadas, frente a la situación terminal, –aunque se quieran justificar con diversos argumentos-, hay elementos contrarios a la ética, porque no se ajustan a lo que de verdad necesitan esos enfermos. La Medicina Paliativa reúne una serie de elementos éticos (“lo que debe hacerse”, “lo que es correcto en una situación”, “lo que está bien”…) que responden a las necesidades de los pacientes en la última etapa de su vida. Por eso, podemos afirmar que la Medicina Paliativa es una respuesta ética ante la situación terminal. 

La Medicina Paliativa no se limita sólo a atender sus síntomas físicos, eliminando en lo posible todo tipo de dolor, sino que en el enfermo en fase terminal, muchas veces pasan a primera línea los aspectos espirituales, psicológicos, sociales, etc. Además se dedica tiempo a la familia, se identifican familiares de riesgo, se continúa la relación con la familia después del fallecimiento del paciente para facilitarles el duelo, etc. El profesional intenta identificar dónde está el sufrimiento –en cualquier miembro de la familia- y procura aliviarlo, con todos los medios a su alcance y facilitando la intervención de los miembros del equipo que sean necesarios.

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