VirtueMedia es una productora que anhela cambiar la cabeza y el corazón de las adolescentes, a través de mensajes afables. Los guiones están muy cuidados; en 30 segundos se resume una historia emotiva que transmite un mensaje, que proclama el valor de la vida. El testimonio de Norma McCorvey, más famosa que Jane Roe, la joven que provocó la sentencia del Tribunal Supremo “Roe vs. Wade”, de 1973, por la que se liberalizó el aborto en Estados Unidos. En este conciso anuncio, McCorvey revela cómo se transformó en una militante defensora de la vida y solicita que se modifique la sentencia sobre el aborto.
Otro anuncio de éxito ha sido “Silent No More”. En él salen algunas jóvenes que relatan las angustias que padecieron después del aborto; depresiones, alucinaciones, especulaciones suicidas y sentimientos de culpabilidad. El mensaje asevera: “El aborto no solucionó nuestros problemas, sencillamente creó otros”. Los spots se emitieron por la noche, cuando mujeres entre 18 y 24 años, están viendo la televisión. “Las mujeres que están pensando en abortar tienen problemas para dormir y permanecen despiertas hasta altas horas de la noche”.
Otra institución que se enfrenta al aborto es Women Exploited by Abortion (WEBA). Las jóvenes que se relacionan con WEBA han abortado y se arrepienten de ello. Este organismo solicitó una investigación a David Reardon, que tras entrevistar a 250 adolescentes que habían abortado en 42 Estados, arribó a la conclusión de que las jóvenes que abortan sufren la presión de su novio o de su familia.
Por otra parte, AfterAbortion.org, otra iniciativa fundada por el Elliot Institute para apoyar a todos los mortales que han sido afectados por el aborto; desde la joven que padece aflicciones hasta el novio que la conduce al chiringuito abortista, pasando por los abuelos y allegados que presencian el asesinato, en silencio. Sus fundadores se muestran como defensores de la vida. Su lema es: “No puedes herir a un niño, sin herir a la madre”.
Estas fundaciones ambicionan restituir el consuelo a las adolescentes que sufren un proceso de aflicción, llamado post aborto, aumentado por un gran dolor al haber asesinado a un ser inocente e indefenso, su propio hijo.