Director: Peter Jackson
Guion: Peter Jackson, Guillermo del Toro, Philippa Boyens y Fran Walsh, basado en la novela de J.R.R. Tolkien.
Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Cate Blanchett, Lee Pace, Evangeline Lilly, Benedict Cumberbatch, Mikael Persbrandt. 160 min. Jóvenes. (V)
FUENTE: JERÓNIMO JOSÉ MARTÍN- Aceprensa
Prosiguen las aventuras en la Tierra Media del hobbit Bilbo Bolsón, el mago Gandalf el Gris y los trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble, en su épico viaje para recuperar el Reino Enano de Erebor.
Tras el éxito mundial de El Hobbit: Un viaje inesperado, el neozelandés Peter Jackson (Criaturas celestiales, King Kong, El Señor de los Anillos) prolonga en El Hobbit: La desolación de Smaug su personal adaptación fílmica de la novela de J.R.R. Tolkien. Un relato juvenil que el filólogo británico escribió para sus hijos en 1932 y que Jackson ha enriquecido con elementos de El Silmarillion, los Cuentos inconclusos y los Apéndices de El Señor de los Anillos, con el fin de darle un mayor vuelo mitológico. A nivel técnico, lucen especialmente la sensacional animación digital del dragón Smaug y los sugerentes efectos estereoscópicos de perspectiva, generados por la novedosa técnica de motion control. En este sentido, es antológica la trepidante escapada en barriles del Bosque Negro.
Por su parte, los actores reales y los dobladores de las criaturas animadas despliegan de nuevo un alto nivel interpretativo, que les permite aprovechar los diversos matices dramáticos y cómicos de los numerosos personajes. Y también mantienen su altísima calidad la banda sonora, la fotografía, el diseño de producción y el vestuario. Además, esta vez el guion goza de un ritmo excelente desde el sereno arranque hasta el abrupto desenlace abierto, aunque esta última parte se alarga en exceso. Mejor dosificada está la inventada subtrama romántica –no aparece en la novela de Tolkien– entre la elfa Tauriel y el enano Kili.
Es otro espectáculo audiovisual apabullante, pero con alma y certeras reflexiones en torno al heroísmo de las personas corrientes y el trabajo en equipo. Ojalá se mantenga e incluso se eleve este nivel en la culminación de la trilogía, El Hobbit: Partida y regreso, cuyo estreno está previsto para dentro de un año.