Cáritas es mucho más que dar alimentos o ayuda económica. Para un voluntario de Cáritas, el necesitado no es una incomodidad, un mendigo o un desarrapado. El pobre es Cristo que viene, acoger al necesitado es amparar al mismo Señor que llega hambriento y sediento de alimento, de amor y de dignidad.
Un voluntario de Cáritas protege, sigue, alienta y asiste. Tiene expresiones de júbilo y da razón de su esperanza y su vida: “estoy aquí por amor a Cristo que me impulsa a amar a todos mis hermanos indigentes”. “Es muy duro pasar, de tener trabajo, a rozar la exclusión social, es un problema muy difícil de asimilar”, afirma el secretario general de Cáritas. “El paro se está convirtiendo en el origen de la indigencia social”.
Es cierto que la labor de Cáritas se está trocando en uno de los pilares de la ayuda a la sociedad; son momentos espinosos, de austeridad y el desempleo sigue creciendo. En este difícil contexto, Cáritas ha informado que sus servicios de ayuda al empleo formaron, a lo largo del pasado año, a más de 80.000 personas, de las que alrededor de 13.000 obtuvieron una colocación, una faena. El demandante como la mujer o el inmigrante, de entre 25 y 45 años y con bajo nivel de formación, se ha elevado en un 15%.
La actual crisis económica, aumenta el número de trabajadores afectados. Proyectos de la Fundación Randstad, que está prestando un gran servicio a los necesitados, se afirma que; «en la actualidad el porcentaje de personas de otras nacionalidades ha bajado ya que han optado por volver a su país de origen, ante la difícil situación económica que estamos atravesando».
Mientras que a Cáritas acuden, sobre todo, mujeres y jóvenes, a Proyectos de la Fundación Randstad llegan parados de larga duración, así como «personas con cualificación muy baja; por ejemplo, ocho de cada diez personas no superan el nivel de la enseñanza primaria.
Aún así, para poder acceder a los cursos de formación les hacemos una prueba de lengua y otra de matemáticas». Es un auténtico éxito el que «el 40% de las personas que participaron en los 71 cursos de formación, que se impartieron el pasado año, obtuvieron un trabajo más de 1.000 alumnos»
De todos los cursos, el que se centra en preparaciones domésticas es uno de los más demandados. «En este curso se les enseña a planchar, a cocinar, a colocar mesas, pero sobre todo se les insiste en la dignidad de este trabajo”.