Hoy 18 de octubre, día mundial de protección de la naturaleza, es una buena ocasión para reflexionar sobre el cuidado de nuestro planeta y la evidencia del progresivo cambio en el clima de la tierra.
La crisis climática global aunque muchos lo pretenden negar, esconder o relativizar está ahí con signos cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos períodos frecuentes de calor y sequía, que son solo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que afecta a todos.
Aunque no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global, sin embargo si es verificable que determinados cambios del clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos, cada vez más frecuentes e intensos. Se sabe de forma fehaciente científica que el aumento de la temperatura global en 0.5 grados aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas sequía severas en otras calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras.
En nuestro días no han faltado personas que pretenden burlarse de estos datos diciendo que el planeta siempre tuvo y tendrá periodos de enfriamiento y calentamiento, pero lo que se está verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento con una velocidad tal que basta una sola generación para constatarla.
Probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos Pues cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global constantes variaciones locales que persiste durante varias décadas
Por otro lado no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. La realidad constatable es que las zonas más ricas del planeta, que representan un bajo porcentaje de la población, contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial .
Dios nos colocó en la tierra con esta responsabilidad: que el ser humano, dotado de inteligencia, respetara las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo. En la cadena de la vida, la naturaleza nos ha sido dada y confiada como tarea, con el fin de que constituya para nosostros, no una simple fuente de recursos, sino para que sea el fundamento de una existencia creativa en el mundo