A nivel epigástrico
sentía comezón
y pensé en un dramático
ataque al corazón;
no era algo episódico
-me dije con razón-
esto es algo crónico
que causa irritación…
Veo que no es histriónico
como suposición
llegar hasta un diagnóstico
que explique este dolor:
es un dolor neurótico,
de alguien al que atrapó
el correo electrónico,
la moderna adicción.
Y en vez del humor lógico
al hacer un parón,
con el descanso armónico
que da la vacación,
el daño psicológico
me causa desazón:
sin el correo electrónico,
“Mono” de ordenador…