Esclavitud en el siglo XXI

Filed under General, Solidaridad

Cada 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil. Este día se conmemora el asesinato del niño Iqbal Masih, quien fue vendido a la edad de 4 años por su padre para garantizar una deuda de 600 rupias, deuda que no se pudo pagar por el incremento constante de intereses, lo que supuso que Iqbal pasara su infancia trabajando en régimen de semiesclavitud. Iqbal pudo escapar de la fábrica a los 10 años, y en vida se convirtió, pese a su juventud, en un activista contra la explotación laboral infantil, hasta que el 16 de abril de 1995 fue asesinado, mientras conducía su bicicleta en las calles.

Y es que hoy, aunque no se hable de ello, aunque no sea tema estelar de los medios de comunicación y, por no estar en ellos haya quienes no lo sepan, en pleno siglo XXI, sigue habiendo esclavos.

Son esclavos todas las personas que no tienen libertad por estar sometidas a otras que no reconocen su dignidad ni su derecho a tenerla y disfrutarla y, por ello, son tratadas como cosas. Este malvado comportamiento, multiplica su gravedad cuando los esclavizados son niños.

Sí, hay niños esclavos y se pueden encontrar en cualquier parte del mundo. No hace mucho, al hacerse público, nos escandalizaba que fueran niños, concretamente asiáticos los que, trabajando como esclavos, cosían los balones que vendía en el mundo civilizado, también en España, una primera marca en material deportivo.

Ha pasado el tiempo y las cosas han empeorado. Ha empeorado el egoísmo de los que, explotando la miseria de otros, les arrebatan sus hijos para convertirles, por ejemplo, en el instrumento que, dentro de la mina encuentra y consigue el mineral que, vendido, reporta enormes beneficios. La extracción de mica en Asia o de coltán en África, empleados en productos muy consumidos en nuestro primer mundo, puede servir de ejemplo de lo dicho y de sonrojo para quienes, al comprarlos, lo consentimos. Y todo por míseros jornales y sin importar las pésimas condiciones en las que esos niños trabajan.

Pero son más las “faenas” en las que se usa a los niños como esclavos: unas veces como soldados, en guerras que sólo benefician a quienes las provocan; otras, son comprados para utilizarles en el negocio de la prostitución, o en el de su tráfico, o en el de órganos, aunque de esto no se quiera oír hablar.

¡Pobres niños! Ellos que son la alegría, la vida y el futuro del mundo, ¡cómo los tratamos! Así: en plural, incluyéndonos. Alguien dirá ¿es que acaso nosotros, no nos comportamos muchísimos mejor con los nuestros? Indudablemente sí. Pero…sólo con los que dejamos nacer. Porque, ¿qué decir ante tantos niños eliminados sin tener en cuenta ni respetar su derecho a la libertad de vivir? Por otra parte, trituradoras y otros procedimientos de eliminación no parecen menos crueles que los de la esclavitud.

Estamos en el siglo XXI. Es hora de reconocer que el futuro del mundo está en los niños, en todos los niños del mundo. Es hora de dejar de mirar hacia otro lado y de defenderlos. Es hora de que la solidaridad se manifieste y se ponga las pilas para erradicar esta lacra que a todos denigra. Pero sobre todo, es hora de que empuje a todas las personas con influencia en gobiernos e instituciones supranacionales, para que hagan cuanto está en sus manos, que es mucho, para lograrlo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.