Euler fue un grandísimo científico y un creyente convencido

Filed under General, Valores

El suizo Leonhard Euler es uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos además del mejor físico teórico del siglo XVIII, como Newton lo había sido del siglo anterior.
Trabajo en las academias de ciencias de San Petersburgo y de Berlín de las que fue director. Gracias a su trabajo, los «Principia» de Newton cobran su verdadero valor pues los desarrolló sobre bases matemáticas analíticas, mucho más operativas que las geométricas usadas por el mismo Newton.

Fue el primero que escribió la famosa ecuación Fuerza = Masa  x  Aceleración,  pues Newton los pensaba de otra manera y usaba otro lenguaje. Podemos decir que  todos los científicos e ingenieros posteriores  han estudiado las física de Newton a través de sus obras, sorprendentemente modernas para un lector de hoy. Escribió en latín, francés, alemán y ruso en tal cantidad que sus Obras Completas ha necesitado hasta hoy más de 80 volúmenes.

A partir de la Ilustración la concepción newtoniana era considerada como el modelo de ciencia ideal, y el determinismo de la dinamica newtoniana uno de los apoyos del pensamiento mecanicista ateo. Sin embargo Euler fue un ciéntifico extraordinario y un creyente devoto toda su vida. Sus opiniones quedan recogidas en las cartas que envió a una princesa sobrina del rey de Prusia.

En ellas habla de la diferencia entre materia y espíritu con ideas como las  siguientes:  «pensar, juzgar, razonar, sentir reflexionar y querer son cualidades incompatibles con la naturaleza de los cuerpos. Son las almas y los espíritus quienes las tienen y quién posee esas cualidades en el grado más alto es Dios».

Le preocupa el origen del mal y examina la clásica objeción a la existencia de Dios de David Hume, «cómo armonizar las tres afirmaciones: Dios es bueno, Dios es creador y el mundo está lleno de mal». Para Euler la solución está en la libertad humana y de ello habla en muchas de sus cartas. «Dios quiso hacer libre al hombre y por eso es la libertad un atributo tan esencial, aunque le dé la posibilidad de hacer el mal». además se plantea la siguiente pregunta: » ¿no habría hecho mejor Dios no creando hombres con libertad para cometer crímenes?. Y nos dice: «esto sobrepasa a nuestra inteligencia y hay que confiar en la providencia divina.

En su carta número 89 se ocupa de la pregunta, ¿es este el mejor mundo posible? hecha y comentada afirmativamente por Leibniz. Euler reconoce que este mundo no corresponde perfectamente al plan que Dios había propuesto y recurre nuevamente a la libertad humana que considera una parte esencial del ser hombre. Además la aparente injusticia se desvanece si consideramos que hay otra vida.

Por otro lado es natural que una persona como Euler se ocupará de la oración. Así en su carta número 90 se dedica a las objeciones que se presentaban contra ella. La más importante era ésta ¿si Dios había ya decidido un cierto curso para el mundo como un ser tan perfecto puede cambiar de opinión ante la súplica de un hombre que no puede contener nada nuevo para él?. ¿si cambia de opinión no es perfecto y si cambia la oración de petición no tiene sentido?
Para Euler esto no planteaba ningún problema pues cree que «al decidir cómo evolucionará el mundo ya conoce las plegarias futuras porque las ha oído desde la eternidad. Por tanto escucha las oraciones e interviene en el mundo sin hacer milagros ni modificar su curso»

Fuente: Antonio Fernández-Rañada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.