Año 1926. México sufre una auténtica persecución religiosa. Tras oponerse con medios pacíficos, un grupo de rebeldes, los cristeros, tratan de organizarse como un ejército bajo el liderazgo del general Gorostiega, que a pesar de no tener fe es un firme defensor de la libertad de credo que está siendo pisoteada con muertes y profanaciones.