Francia e Irlanda son los dos países más fértiles de Europa, con 2,01 hijos por mujer, contra 1,58 de media en la Unión Europea. En Francia, como informa La Croix (6-03-2015), no se ha perdido la tradición cultural de la familia numerosa. Las parejas más jóvenes quieren imitar lo que vivieron en su día: por eso, y a diferencia de otros países, no son pocas las que optan por tener al menos tres hijos.
De hecho, y de acuerdo con las estadísticas oficiales, la proporción de mujeres con tres hijos se mantiene estable: dos de cada diez mujeres nacidas en 1960, tanto como en 1930. El informe demográfico de 2014 del INSEE confirma que “los hijos reproducen en parte el modelo familiar de sus padres (…) Cuanto más hermanos tuvieron, más probable resulta que deseen formar una familia numerosa” (cfr.www.insee.fr). En 2011, el 16% de las familias tenían tres o más hijos (ver cuadro).
FUENTE: ACEPRENSA
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Francia: Familias según el número de hijos de menos de 18 años (%) |
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1975 | 1990 | 2011 | |
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1 hijo | 42,5% | 44,0% | 45,3% |
2 hijos | 32,2% | 36,7% | 38,5% |
3 hijos | 14,8% | 14,1% | 12,8% |
4 hijos o más | 10,5% | 5,2% | 3,6% |
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Total de familias con hijo(s) de menos de 18 años | 7.338,7 | 7.429,5 | 7.688,1 |
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Fuente: INSEE Ámbito: Francia metropolitana |
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A esa realidad cultural y social se une la importancia práctica de los subsidios familiares, una tradición francesa que pervive sustancialmente a pesar de la alternancia política, aunque en los últimos años haya sufrido recortes. Facilitan de veras la libertad de elegir, con independencia del nivel de ingresos familiares, como confirman los demógrafos del INED: “las políticas públicas tienen una larga historia y los ciudadanos confían en ellas”. Nada que ver, según la psiquiatra Monique Bydlowski, con otros países, como Italia, que carecen de un sistema de guardería desarrollado: “si la madre quiere trabajar, más vale que la abuela esté dispuesta” (Les Enfants du désir, Odile Jacob, 2008).
Ahí Francia marca la diferencia: la llegada de un hijo no es sinónimo de vuelta al hogar para las madres que trabajan. Actualmente, más del 80% de las francesas entre 25 y 49 años trabajan, sin que el nacimiento del primer hijo suponga dejar el empleo (la tasa de ocupación sólo disminuye sustancialmente a partir del tercer bebé). También porque no está mal visto socialmente dejar al hijo en la guardería durante el horario laboral. Incluso, se valora positivamente, desde la perspectiva de la “socialización temprana”.
Esta realidad es compatible con el hecho de que muchos niños nacen fuera del matrimonio, aunque ese nacimiento determina que sus padres se casen o se “pacsen” (PACS: figura civil que regula mínimamente la vida en pareja sin matrimonio).
El tipo y origen de la familia también influye en la natalidad. De cada seis familias numerosas, cuatro son de matrimonios estables; una es familia recompuesta; y otra, monoparental.
El número de hijos en las familias católicas practicantes es superior a la media. Las familias de inmigrantes tienen una descendencia de 2,5 hijos frente a la de 1,9 de las nacidas en Francia, diferencia que se amortigua en la siguiente generación (puede consultarse la web del Instituto nacional de estudios demográficos: www.ined.fr).