Director: Noah Baumbach
Guion: Noah Baumbach. Intérpretes: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Merritt Wever, Alan Alda, Mary Hollis Inboden, Amir Talai, Azhy Robertson, Emily Cass McDonnell, Ray Liotta.136 min.
Adultos.
FUENTE: ANA SÁNCHEZ DE LA NIETA-aceprensa
Que Historia de un matrimonio está basada en hechos reales es una obviedad: desgraciadamente, son muchos los matrimonios que se rompen. Que está basado en la historia personal del director y guionista de la película es algo que se intuye en los primeros minutos y se confirma a medida que avanza el metraje. Porque, si no, es imposible construir estos 136 minutos de clímax emocional.
Noah Baumbach, un cineasta tan irregular como interesante, ha rodado su mejor película tirando de autobiografía. Basándose en su ruptura con la actriz Jennifer Jason Leigh, describe el laberinto sin retorno que supone un proceso de divorcio. La originalidad del planteamiento es que Baumbach no aborda la desintegración de un matrimonio, ni retrocede para contar el origen de una historia de amor que se ha ido a pique. Sin preámbulos, coloca el foco en el momento en el que uno sentencia “quiero pedir el divorcio” para, a partir de ahí, relatar, sin contemplaciones, el camino que emprende la pareja.
Y es un camino que nadie, en su sano juicio, querría recorrer. El divorcio –cualquiera– es un fracaso, pero pocas veces he visto en la pantalla una disección tan dura y, al mismo tiempo, tan humana y comprensiva de lo que supone este fracaso. También porque Baumbach recrea bien, dolorosamente bien, el circo que, con frecuencia, se monta alrededor de un divorcio, con sus abogados, asistentes sociales, jueces y demás. Lo que era una historia de amor y la intimidad de dos personas, salta por los aires convertido en una batalla campal en la que intervienen personajes ajenos a los que, en el fondo, el amor que había, y que probablemente hay, les resulta totalmente indiferente.
Es quizás en este doble campo, el del proceso personal y el proceso judicial, donde más valiosa se muestra la película; el mismo campo en el que jugaba, con mucha menos dureza, Kramer contra Kramer. Un campo que lleva a pensar que algo estamos haciendo mal como sociedad y como individuos si no somos capaces de preservar el amor que hubo y que, de nuevo, como subraya la película y ha manifestado el director, sigue habiendo.
No hay en la película moraleja alguna y ni siquiera es especialmente alentadora, pero Baumbach consigue, a través de detalles, gestos y algunas escenas especialmente brillantes, poner al espectador ante profundos dilemas humanos. Confrontarle e interrogarle ante las decisiones de los protagonistas.
Dejo para el final a la pareja protagonista. Creo que añadir literatura sería quitar fuerza a una interpretación muy difícil de calificar con adjetivos. Es mejor describir el resultado: 136 minutos de electricidad.
Historia de un matrimonio es una magnífica película, por esas interpretaciones, por la intensidad de la historia, por un guion que bebe con ansia de una realidad maravillosamente bien dramatizada; pero Historia de un matrimonio es también un tratado de psicología y antropología. Uno de esos títulos de los que se puede hablar durante horas.