Índice de miseria

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ARTÍCULO DE EMILIO MONTERO HERRERO

En el ámbito de la economía internacional es interesante poner de relieve los aspectos económicos que aumentan el bienestar económico de las naciones o aquellos que implican malestar para la población.

El indicador de bienestar económico utilizado generalmente es el crecimiento anual del PIB, es decir la producción de bienes y servicios finales considerados anualmente.

El malestar económico en una nación se refleja a través de otros indicadores entre los que figuran esencialmente: el “Desempleo”, calculado como porcentaje de parados en relación con la población activa; la “Tasa de inflación”, es decir, el incremento generalizado y continuado de precios en la economía; el “Tipo de interés” que cobran las entidades bancarias a empresas y familias; y el “Endeudamiento público”, calculado como el cociente de la deuda pública con respecto al PIB.

Aparte de esos indicadores de malestar económico, es preciso considerar también otros aspectos, como la presión fiscal que soportan los ciudadanos y las empresas por los impuestos y las cotizaciones sociales. Además, es necesario tener en cuenta esa fiscalidad en relación con la renta media o renta por habitante, lo que se define como “esfuerzo fiscal” y que es mucho más concreto que la presión fiscal.

Los estudios económicos combinan los valores mencionados anteriormente para llegar a una estimación de un indicador que analiza la situación de un país, valorando su situación económica de malestar mediante el llamado “Índice de Miseria”.

En la actualidad, este índice se elabora conforme a los cálculos realizados por Steve H. Hanke, de la Universidad de Baltimore, Maryland. El Índice de Miseria de Hanke, “Hanke`s Misery Index” (HAMI), incluye la suma de tres indicadores de malestar económico: Desempleo, Tasa de Inflación y Tipo de interés de los préstamos bancarios, y a esta suma resta el índice de “Bienestar económico”: el incremento anual del Producto Interior Bruto (PIB). Por tanto su formulación es la siguiente: HAMI = Desempleo + Inflación anual + Interés bancario – Incremento PIB. Cuando la variación del PIB es negativa, como en una recesión o crisis económica, su porcentaje se debe sumar en vez de restarlo. Con estos cálculos, en 2021 el país de mayor malestar es Cuba, seguido de Venezuela. España con la posición 88 nos sitúa como el país de mayor Índice de Miseria de la Unión Europea.

La Fundación de Estudios Económicos e Internacionales (FESE) ha valorado un nuevo sumando del Índice de Miseria que incluye el endeudamiento público con respecto al PIB. En el caso de España, con una deuda pública del 120% del PIB, la cifra a sumar sería 120.

Para reducir el Índice de Miseria de cualquier país es esencial llevar a cabo una política económica que trate a toda costa reducir el paro y la tasa de inflación, utilizando los instrumentos de la política fiscal y monetaria. En el caso de España, la fijación del tipo de interés la determina el Banco Central Europeo.

En política fiscal se puede actuar a través del gasto público y de los impuestos. En relación con el gasto público es preciso eliminar el gasto improductivo e incrementar las inversiones públicas creadoras de empleo (infraestructuras de transporte, hospitales, centros de enseñanza, puertos, aeropuertos, tecnologías de la información y comunicaciones, etc.). En la vertiente impositiva es necesario reducir la fiscalidad sobre energía (combustibles y electricidad) para frenar las tendencias inflacionistas y conceder exenciones fiscales a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y autónomos, que son quienes más puestos de trabajo crean.

Esa política requiere una gran austeridad en el gasto público, lo que permite reducciones fiscales. Por ejemplo, en España, en opinión del ex director de la Agencia Tributaria, se calcula en 14.000 millones de euros las subvenciones que no tienen un verdadero control. Además, se podrían eliminar muchos más gastos. El Instituto de Estudios Económicos de la CEOE lo eleva a una cifra en torno a 60.000 millones de euros.

El gasto de las Administraciones Públicas en España debe programarse con gran rigor en la situación actual, siempre garantizando la sanidad, educación, gastos sociales y también seguridad y defensa, ya que estos dos últimos garantizan la libertad y la democracia.

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