La crisis sólo se remonta con una sociedad con valores

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Entrevista al catedrático de Economía Antonio Argandoña 

Fuente: Irene Bueno // Diario Jaén
En unos momentos tan difíciles, con continuas incertidumbres laborales -para los afortunados que tienen un empleo-, ¿cómo se entiende el trabajo desde la perspectiva de un servicio a la comunidad?

Pienso que esta crisis es económica, social, política, pero que también tiene un componente ético muy importante. Este último asunto es el que centrará mi conferencia del próximo viernes en Jaén. En muchas de estas conductas aparecen rasgos comunes como son la arrogancia, la codicia, la injusticia, la mentira, el fraude.

Creo que lo más grave es que nuestra sociedad ha cambiados sus valores y ahora somos muy individualistas, muy emotivistas, muy relativistas y hemos convertido los problemas económicos y políticos –entre ellos el paro- en una cuestión técnica.

Esperamos que el Gobierno o las empresas hagan algo al respecto, cuando el problema es de la sociedad al completo. Debemos plantearnos cada uno si hacemos lo posible para que todo el mundo disfrute de su derecho a ganarse la vida, es necesaria una sociedad con valores.

Sin embargo, hay una gran contradicción entre quienes darían lo que fuera por un empleo y quienes se sienten alienados y «quemados» en su puesto.

Eso es lo que yo llamo la paradoja del trabajo. El trabajo es importantísimo, es fundamental en nuestra sociedad, pero, al mismo tiempo, en ocasiones es deshumanizador, precario y sin reconocimiento.

Muchas veces, para nosotros, el trabajo es una carga, algo que hay que hacer para ganarse la vida, y por ello pierde su sentido. Pienso que debemos ver nuestra labor diaria como el lugar donde nos relacionamos con los demás, prendemos, hacemos amigos… Creo que el trabajo es un gran factor de humanización y, también, un medio de santidad. No es un castigo, no es un fin, pues mediante él nos acercamos a Dios.

Numerosos investigadores y economistas hablan de la crisis económica unida a la de valores, los gobiernos tratan de buscar liquidez y financiación, pero, ¿cómo se recobra la ética?

Esto es algo que no le podemos pedir al Estado, tiene que ser la sociedad civil. Cada uno de nosotros debemos molestarnos y preocuparnos por darle a nuestro trabajo ese sentido y explicárselo a los demás. Todos podemos hacer mucho más. Lo que sí debemos pedir al Gobierno es que no ponga obstáculos a esta manera humana de ver el empleo. Cuando alguien se queda en el paro solo preocupa que cobre para que siga consumiendo, pero quién atiende a la dignidad de esa persona.

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