La llegada de un nuevo hermano a la familia

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Esta es una situación a la que el niño tiene que enfrentarse, y que suele ser motivo de celos. Ningún niño recibe de buen grado la llegada de un “intruso” que viene usurparle su rol de “rey de la casa”. De ahí que los padres tengan que preparar la nueva situación con mucha antelación. ¿Qué cosas pueden hacer los padres?

Antes de que nazca el nuevo hermanito, lo primero de todo, es informarle de que va a tener un hermanito y de que tiene que quererle mucho y ayudar a mamá y a papá a cuidarle, ya que él ya es muy mayor. Tienen que explicare lo maravilloso que va a ser para él el tener un compañero de juegos. También se le pueden enseñar fotos de cuando él era un bebé, explicare que un bebé necesita de muchos cuidados porque no sabe hacer nada él solito, etc. También se le puede pedir su opinión sobre el nombre que se le puede poner al hermanito.

También habrá que explicarle que, cuando llegue el nacimiento del nuevo hermano, mamá tendrá que irse al hospital varios días. Por lo demás, cuantos menos cambios se produzcan en las rutinas diarias del niño con la llegada del hermano, mejor será para él.
Es muy importante, si hay que hacer algún cambio en la vida del niño, como son por ejemplo el quitarle el chupete o el pañal, cambiarle de habitación o llevarle a la guardería, que el niño no asocie tales cambios con un fastidio más ocasionado por el hermano que va a venir.

En concreto, una de las cosas que peor llevan algunos niños es el tener que ir a la guardería o al colegio cuando su hermano recién nacido se queda en casa todo el día con mamá. Estas situaciones hay que prevenirlas con antelación para que no le lleguen de sopetón al niño.

Una vez que ya el hermano ha nacido, el niño debe ser uno de los primeros en visitarle. Si aún es pequeño, y tiene solo dos o tres años, es preferible que encuentre al hermano tumbado en la cuna que en brazos de su madre esa primera vez. Hay que dejar que el niño acaricie, con suavidad al recién nacido, y que colabore en la medida de sus posibilidades, en tareas como vestirle, bañarle o darle el biberón. También es importante aleccionar a los abuelos y a las visitas para que cuando vengan, se dirijan al hermano mayor y no le ignoren.

En estos momentos es esencial que los padres saquen algo de tiempo para dedicarle en exclusiva al hermano mayor, a fin de que no se sienta ignorado; y, sobre todo, que no pueda plantearse que sus padres han dejado de quererle: en estos momentos hay que tratarle con especial cariño.
A pesar de todo ello, el niño sufrirá en alguna medida los celos naturales que conllevan la llegada de un nuevo hermano, pero esto, como ya hemos señalado, es una etapa necesaria que tienen que pasar casi todos los niños en su proceso de maduración.

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