La ley del aborto saltó por los aires después de 25 años de vigencia por los libertinajes de los chiringuitos abortistas. Esta situación ha originado una gran inestabilidad al practicarse abortos indiscriminadamente. Asesinatos masivos.
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, encomendó a un comité de expertos la modificación de la ley, que acaba de ser aprobada en Consejo de Ministros.
Los puntos más polémicos son, entre otros, que se podrá abortar libremente hasta la semana 14 y que el aborto deja de ser un delito para convertirse en un derecho. El derecho a matar a un ser humano inocente e indefenso. También se podrá abortar hasta las 22 semanas de embarazo por malformaciones del feto o por graves riesgo para la salud de la madre. Un coladero para asesinar impunemente. La mayoría de estos seres humanos abortados tendrán el síndrome Down. Otra criminal decisión es la de que las adolescentes podrán abortar a los 16 años, sin permiso de los padres.
Pero no se tienen en cuenta las secuelas aborto. La institución abortista más significativa del mundo, la Federación Internacional de Planificación Familiar, expresa lo siguiente:”la incidencia del trauma post-aborto para las jóvenes que aceptan la interrupción voluntaria del embarazo, a través de medios quirúrgicos, puede alcanzar hasta el 91% de los casos.»
Además las secuelas que sufren las jóvenes que abortan sonz ozobra, desesperación, delirios, desvelo, embriaguez, drogadicción, desesperanza, psicosis… y suicidio.
Finalmente otra de las graves secuelas del aborto, divulgada en los últimos años, es el cáncer de mama que ha tenido un aumento espectacular en los últimos 20 años, en todos los países donde se ha propagado el aborto.
Ante este cúmulo de efectos perjudiciales para la mujer, la ministra Aido se limita a sonreir.