Kendall Jenner y Willow Smith (en la imagen), son dos auténticas influencers para la juventud con miles de seguidores tanto en Instagram como en Snapchat. Por ello han sido elegidas entre otros rostros conocidos para impulsar la campaña que lucha contra el ciber acoso: “Be Cool Be Nice”.
La campaña cuenta con una serie de personajes animados creados por gente como Marc Jacobs, Pat McGrath, Hattie B, Burberry y Emilio Pucci, poniendo en alza los valores de amabilidad, respeto a uno mismo y a los demás y de cortesía.
La campaña tomó forma gracias al famoso compositor Gerry DeVeaux que se inspiró después de escuchar la historia de su ahijada sobre su anorexia y el acoso que sufrió.
¿Es eficaz la publicidad con famosos? ¿Venden los populares, como prescriptores de las marcas?
Ante el éxito que han tenido las redes sociales, en los últimos años, ha aparecido una nueva figura en el marketing, los influencers. La mayor cercanía que demandan los consumidores y la conversación directa es lo que ha contribuido al éxito de estos “anónimos” en el social media. Los anunciantes se han ido adaptando así a las preferencias de la audiencia, apostando cada vez más por el influencer marketing con eventos, campañas publicitarias y vídeos protagonizados por estos ídolos de masas salidos de entre la gente corriente.
Tal ha sido el fenómeno que estas estrellas de la red han acaparado los presupuestos de los anunciantes que ahora optan por dejar de lado las caras más conocidas como deportistas, actores o cantantes y fichar a los populares sociales. Así lo confirma el estudio elaborado por la app Takumi.
De ellos, el 38% asegura que prefieren a los influencers de las redes sociales mientras que el 21% apuesta por los bloggers. En cuanto a las plataformas escogidas para el lanzamiento de estas acciones publicitarias, el 58% de los directores de marketing prefieren YouTube, seguido de Twitter con un 51%, Facebook con el 52% e Instagram con el 38%.
Clemente Ferrer