En nuestros días asistimos a una verdadera explosión de las denominadas organizaciones no gubernamentales «ONG» que intentan dar solución a las más variadas necesidades sociales y asistenciales. Su labor abarca multitud de ámbitos de lo más dispares, desde la ayuda a personas o grupos sociales desfavorecidos, hasta las que se dedican a actividades culturales solidarias diversas, pasando por aquellas que llevan a cabo ambiciosos proyectos de desarrollo en países del tercer mundo.
Su origen y su gran éxito se debe en parte a la complejidad, cada vez mayor, de nuestra sociedad, que provoca situaciones carenciales y de injusticia social distributiva múltiple, a las que los gobiernos difícilmente pueden dar solución de forma satisfactoria. Además es, a todas luces patente, la permanencia de tremendas injusticias en multitud de países, muchos de ellos con recursos naturales más que suficientes, pero en los que la riqueza está en manos de unos pocos y con gobiernos lo suficientemente corruptos como para desconfiar de que las ayudas económicas directas de los organismos internacionales lleguen al pueblo. En este último campo la acción de una ONG fiable es garantía de transparencia y eficacia.
La mayor parte de estas organizaciones se financian mediante ayudas procedentes de partidas presupuestarias públicas, aunque no faltan las donaciones y colaboraciones de instituciones privadas e incluso de particulares. No escasean tampoco, las ONG que no aceptan ningún tipo de ayuda institucional, como signo patente de su acción desinteresada y de su independencia, basando toda su acción en la colaboración del voluntariado y de las pequeñas donaciones de sus socios o de otras personas o entidades.
La asociación “Solidaridad y Medios” es una ONG que puede ser claramente encuadrada dentro de este último grupo. Nacida hace aproximadamente cinco años se propone, como objetivo fundamental, el fomento y la génesis de una auténtica solidaridad integral en la sociedad actual a través de los medios de comunicación social. Llegados a este punto al lector puede asaltarle la idea de la inutilidad de esta pretensión ya que es fácil pensar que es visible el sentimiento solidario que anida en nuestra sociedad después de las riadas de voluntarios que vimos dirigirse, por ejemplo, a limpiar de chapapote las playas de Galicia. Esto es algo loable sin duda, pero, ¿de verdad podemos sacar la conclusión de que el sentimiento solidario es algo realmente generalizado? Es evidente que en nuestro entorno hay conductas con las que se agravia a las personas en su dignidad y en muchas ocasiones, ¡demasiadas! , el grupo social mira para otro lado. Es necesaria una configuración nueva de esta sociedad nuestra, más amable, solidaria y respetuosa especialmente con quienes sufren más carencias.
“Solidaridad y Medios” considera que los medios de comunicación y su participación en ellos en defensa de los valores humanos de la solidaridad y el respeto a la dignidad de la personas son elementos eficaces en la consecución de una nueva sociedad. El ejemplo de sensibilización hacia la situación de las playas gallegas por el influjo de los medios de comunicación y la posterior respuesta masiva de voluntarios avalan nuestra tesis. Sólo cuando consigamos entre todos que esos deseos no sean sólo acciones puntuales, sino actitudes permanentes; cuando mediante una eficaz acción educativa, a través sobre todo de los medios, sepamos profundizar en las noticias rastreando su lado amable y positivo; cuando se genere en nuestro entorno cercano una auténtica cultura solidaria, habremos contribuido de forma operativa a crear un mundo más humano.
El afán de nuestra asociación se ha visto recompensado por la gran cantidad de actividades, gestiones y horas en antena o en el papel impreso que hemos conseguido empapar con nuestros ideales a lo largo de este tiempo.Nuestras voluntarias y voluntarios y nuestra ilusión y dedicación son nuestro tesoro.
Con tu ayuda, tus sugerencias, tus ideas, tus opiniones, tu información y algo de tu tiempo seguiremos en la brecha. ¡Vale la pena!.