Las elecciones generales en España han hecho patente el declive del bipartidismo y la fragmentación del voto entre cada vez más fuerzas políticas. A falta de una mayoría suficientemente sólida para gobernar en solitario, el escenario más probable es la formación de un gobierno en coalición. España se sumaría a los 22 países de la UE que ya están gobernados por una coalición.
En todas las elecciones estatales celebradas desde 1993, la suma de votos entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE) siempre había superado el 70% del total, con un máximo del 83,8% en 2008. Pero en las celebradas este domingo, el porcentaje de votos combinado entre ambos desciende al 51%, certificando así la crisis del bipartidismo que pusieron de manifiesto primero las elecciones europeas de 2014 y luego las autonómicas y municipales de 2015.
FUNTE: ACEPRENSA
Las recientes elecciones dibujan un Parlamento de minorías. El PP ha ganado con el 29% de los votos y queda con 123 escaños, lejos de los 176 de la mayoría absoluta. El PSOE queda en segundo lugar, con 90 escaños y el 22% de los votos. Podemos y sus formaciones aliadas en Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana desembarcan en el Congreso con 69 diputados y el 21% de los votos. Ciudadanos logra 40 escaños, con el 14% de los votos.
El abanico de posibilidades para formar gobierno se amplía con otros tantos partidos, incluidos los nacionalistas: ERC-CATSI (9 escaños); Democracia y Libertad, de Artur Mas (8 escaños); PNV (6); EH-Bildu (2)…
Gana uno, gobiernan otros
Con el escenario político tan escorado a la izquierda o al nacionalismo, no está claro de dónde va a sacar el PP apoyos para gobernar. Podría pasarle lo que le ocurrió a la coalición conservadora de Pedro Passos Coelho en las recientes elecciones parlamentarias de Portugal: pese a ganarlas con 102 escaños de 230, ha acabado gobernando una coalición de tres partidos de izquierdas, que en total sumaban 122 escaños.
El partido de centro derecha Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) pasó por algo parecido en su país. Ganó las elecciones de 2013 con 97 escaños de 240, pero renunció a gobernar porque no consiguió pactar con ningún partido. El Partido Socialista (BSP), segunda fuerza política, formó gobierno entonces con el Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS), respaldado por la minoría turca.
Hay gobiernos de coalición de signo conservador, de izquierdas e incluso de colores opuestos
La coalición no funcionó, y en octubre de 2014 se celebraron nuevas elecciones. El GERB volvió a ganar sin mayoría absoluta, pero esta vez sí logró formar gobierno con el apoyo de otros tres partidos.
En Noruega, que no forma parte de la UE, el Partido Laborista fue el más votado en las elecciones legislativas de 2013 (30,8% de los votos). Pero le arrebató el gobierno una coalición de cuatro partidos de centro derecha, si bien los demócratas-cristianos y los liberales decidieron autoexcluirse del ejecutivo una vez formado. Actualmente, gobiernan en minoría el Partido Conservador y el Partido del Progreso, considerado populista de derechas.
La afinidad ideológica no es decisiva
De los 28 países que forman la UE, 22 están gobernados por coaliciones de dos o más partidos. Las hay de signo conservador, como en Bélgica o Finlandia. De izquierdas, como en Portugal o Suecia. Y de colores opuestos como en Alemania, Austria o Países Bajos.
La afinidad ideológica no determina siempre la buena marcha de una coalición. En Alemania, se llevan el prestigio las tres formadas por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) en 1966, 2005 y 2013, frente a otras que han hecho uno de los dos partidos con los Liberales o con los Verdes.
La afinidad ideológica no determina siempre la buena marcha de una coalición
En cambio, la mezcla de colores políticos –cristianodemócratas, liberales y socialistas– y de reivindicaciones territoriales dio al traste la coalición de seis partidos formada en Bélgica en 2011. La actual coalición está formada por tres partidos flamencos de centro derecha.
El Reino Unido tenía una coalición desde 2010, pero en las elecciones generales de 2015 los conservadores lograron la mayoría absoluta que les permitió prescindir de sus socios liberal-demócratas. Los desacuerdos entre ambos se habían ido intensificando a raíz de la política de austeridad de los tories. Paradójicamente, estos ganaron las elecciones, mientras que el electorado liberal-demócrata castigó a los suyos.
Hasta 2014, Chipre también tenía un gobierno de coalición formado por dos formaciones supuestamente afines. Pero las crecientes tensiones entre el conservador DISY y el centrista Partido Democrático hicieron que el primero optase por gobernar en solitario.
Coaliciones de muchos o de pocos
La principal crítica a la política de alianzas es la inestabilidad a que puede dar lugar, sobre todo cuando pactan muchos partidos.
Un ejemplo paradigmático es la legislatura de la ex primera ministra de Dinamarca Helle Thorning-Schmidt (2011-2015). Tras las elecciones de 2011, la líder del Partido Socialdemócrata formó un gobierno de coalición con los partidos Radical (de ideología liberal) y Socialista Popular, con apoyo parlamentario de la Alianza Roji-Verde. A este gobierno siguieron otros cinco en la misma legislatura. En septiembre de 2015, Thorning-Schmidt perdió frente a una coalición de centro derecha.
Para acabar con la inestabilidad del multipartidismo en Italia, el primer ministro Matteo Renzi ha impulsado dos reformas importantes. Por un lado, la nueva ley electoral reduce el poder de veto parcial de los pequeños partidos y premia a los grandes: gobernará con mayoría el que logre el 40% de los votos. Por otro, la reforma del Senado quita a esta cámara su función legislativa, por lo que ya no podrá bloquear las leyes que vengan de la Cámara de los Diputados.
Junto a las coaliciones de muchos partidos y a las de dos con poderes más o menos equilibrados, están las formadas por un partido grande y otro pequeño. En Francia, el Partido Radical de Izquierda sumó 13 escaños a los 277 del Partido Socialista, permitiendo a François Hollande gobernar con mayoría absoluta.
Lo mismo hizo en Grecia el partido nacionalista Griegos Independientes para Syriza, la formación de izquierdas liderada por Alexis Tsipras: con los 10 escaños del primero y los 145 del segundo, Tsipras vuelve a gobernar –tras las pasadas elecciones de septiembre– con una ligera mayoría absoluta.