Desde hace años la mujer dedica, muchos de su vida, a la preparación y cualificación profesional. Llegado el momento, se la acoge y se la exige… como al que más. Diariamente demuestra, con hechos, que está ventajosamente capacitada y sin embargo, es difícil encontrarla en puestos de alta responsabilidad.
¿Es cuestión de leyes? ¿ De “meterla con calzador” en puestos a los que no tenía acceso?. ¿De asegurarla puesto, por decreto o ley, aunque no esté preparada? No parece que los puestos deban ser objeto ni cuestión de cuotas. Han de ser ocupados por personas preparadas y capaces de desempeñarlos, hombres o mujeres: tanto da.
El problema de la mujer en el trabajo profesional es otro u otros que no parece se hayan estudiado a fondo. Seis de cada diez mujeres encuestadas, achacan a la maternidad su no progresión profesional. Pero además son más los obstáculos,veamos cuales son:
– El ámbito profesional, tiene larguísima tradición masculina.
– Su mentalidad, organización, horario y actividades, igualmente.
– “Permanencia en la empresa” y “eficacia” son términos consecuentes.
Para el varón nunca contó el tiempo: no tenía prisa puesto que la mujer se ocupaba de los hijos y el hogar, y esta mentalidad, aunque cueste reconocerlo, no ha cambiado demasiado. Iniciado el siglo XXI, en el siglo de las telecomunicaciones y la informática, se sigue trabajando “por horarios” y presencialmente.
Y si hay trabajos en los que hay que trabajar con horarios y presencia, poniendo, circunstancialmente, horas… hay otros muchos en los que las cosas se pueden hacer de otra manera por ahorro de energías, por economía de tiempo y para evitar tensiones, principalmente, a las mujeres: ellas doblan su horario con la atención a los hijos y al hogar.
Hace falta flexibilidad: salir de la rutina a la hora de organizar tareas y horarios, introducir “objetivos” como nueva forma de realizar las tareas… preocupación por los valores que mueven a quienes los realizan, para ganar eficacia.
Y sobre todo, reconocer que la mujer por naturaleza, es distinta y…darle facilidades, porque es distinta por naturaleza y diferente para concebir la realización del trabajo profesional, para el que es tan capaz como el hombre.