Directores: Andrew Erwin, Jon Erwin. Guion: Andrew Erwin y Theresa Preston. Intérpretes: Rachel Hendrix, Jason Burkey, John Schneider, Jennifer Price, Collenn Trusler. 107 min. Jóvenes.
FUENTE: JUAN ORELLANA- ACEPRENSA
Los hermanos Jon y Andrew Erwin llevan años dedicados al mundo audiovisual. Cineastas de identidad cristiana, recrean muy libremente un episodio real de la vida de la californiana Gianna Jessen. En 1977 ella nació “por accidente”, ya que fue fruto de un aborto “mal” realizado cuando su madre estaba de siete semanas. Ha tenido muchas deficiencias motoras, superadas gracias al esfuerzo y la oración de su madre y hermana adoptivas. Los cineastas han cambiado mucho la historia al llevarla al film, pero han conservado los aspectos nucleares, se han inspirado en las propias declaraciones de Gianna e incluso han incluido una canción suya en la banda sonora. En realidad, los directores y la guionista Theresa Preston entrevistaron a muchas mujeres que habían vivido experiencias relacionadas con el aborto, y de todas ellas sacaron ideas que están incluidas en el film.
La cinta arranca cuando Hanna tiene 19 años y se entera de que sus padres son adoptivos. Comienza un recorrido de descubrimiento e investigación de su propia vida, que la va a llevar a encontrar a su madre natural.
A pesar de que la producción y planificación es más propia de una TV movie, la película está resuelta con buen oficio, apoyada en un buen guion y unos excelentes actores, casi todos desconocidos. Más que una película sobre el aborto, es una película sobre la necesidad del perdón y de vínculos para poder caminar en la vida. Ciertamente, el tono es muy peliculero, en el sentido hollywoodiense de la palabra: una película blanca que, precisamente por eso, puede llegar a un público mucho más amplio.