Pasa de educar

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«Tengo tres nietos y me doy cuenta que mi hija esta muy tranquila en el tema de su educación. Hacen cosas que aunque no están del todo mal, no son educativas. Por ejemplo, no cuidan el vocabulario, ni la sobriedad a la hora de comer. Se tumban en el sofá, en vez de sentarse. Todas estas cosas mi hija sabe que no son educativas, pero dice que los hijos todavía no se enteran y que más adelanten las cuidaran. Yo, la verdad, me quedo preocupada y les digo que no es así».

Una buena forma de no hacer las cosas, es dejarlas para luego. La vida consiste en vivir bien el presente, si pensamos que no hacemos ahora las cosas como debemos, pero que las vamos a hacer en el futuro, nos estamos engañando. El futuro se convierte en otro presente, en otro ahora, y las volveremos a dejar para luego. La mejor forma de saber como vamos a hacer las cosas en el futuro, es haciéndolas en el presente. Y la mejor forma que tiene el ser humano para desactivarse y convertirse en inútil, es dejar las cosas para luego.

Si tienen tres hijos el mayor tendrá, como mínimo, alrededor de los cuatro años. A esa edad ya se da cuenta de mucho, aunque parezca mentira.

También es un buen momento para que los padres empiecen a formarse en temas educativos. Una persona que actualmente quiera educar, tiene que formarse. Hay que ser muy conscientes de que no sabemos educar, de que tenemos que aprender. Si no aprendemos, no educaremos. Así de fácil.

Hay gente que se cree que por el mero hecho de ser padre o madre ya saben educar. No es verdad. Los que creen que eso es así, se dedican a decir cosas a sus hijos, según su estado de ánimo. O sea, no están educando, están diciendo cosas arbitrariamente. Toda educación arbitraria, termina haciendo a los hijos manipuladores. Educar de esa manera hace que, antes o después, terminemos dando indicaciones acerca de lo que nos conviene, de lo que nos viene bien en un momento dado. Lo cual es una manera bastante segura de enseñar a nuestros hijos a que actúen lo mismo. A que nos vayan diciendo lo que les conviene. A que nos manipulen ahora y en el futuro.

Por eso, hay tanto filiarcado actualmente, tantos hogares donde mandan los hijos. Se les ha estado diciendo durante tiempo, cosas sin ton ni son, sin fundamentos serios, sin saber el porqué se le decía eso y no lo contrario. Actuar así tiene como consecuencia que se nos terminen los argumentos, cuando los hijos más los necesiten. Quizás, entre otras cosas, porque nunca los hemos tenido, como consecuencia de que nunca nos hemos formado.

Prepararse para educar requiere tiempo y esfuerzo, si no se dedica lo uno y lo otro, se está renunciando a educar. No se le puede hacer nada peor a un niño. Como se ha dicho anteriormente, un niño no educado está condenado a no ser feliz. No sabrá querer.

Jose María Contreras

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