El enemigo que podemos tener más cerca está en nosotros mismos, si bajamos la guardia.
VIGILANTE EN LA ATALAYA
Hombre sabio y diligente,
sabe que allí donde vaya
en su puesto de atalaya
sigue a pesar del relente;
y si luego de repente
un peligro le acechara,
la respuesta asegurada
le dará, presto y valiente.
Que no le teme a la gente
como peligro del alma,
su inteligencia preclara
así le muestra prudente;
y sí al afán indolente
de vivir sin hacer nada:
por la puerta descuidada
puede que el demonio entre.
José García Velázquez