En el cenit de clásicos altares
descubrimos una paloma en vuelo,
en la que ves, a nada que repares,
que nos envía rayos desde el cielo.
A pesar de penosos avatares
que dejan las almas frías como el hielo,
son muchos, sin duda, estos lugares
donde fijas los ojos con anhelo.
Se marchó Jesús, pero su promesa
cumple quien al hombre siempre amó tanto
que le entregó su vida y no le pesa,
aunque pague su entrega con quebranto,
y en derroche de amor que nunca cesa,
manda a las almas su Espíritu Santo.