Se oye un clamor en Madrid:
es un grito por la vida,
por quien no podrá vivir
por una ley homicida.
Se ven familias enteras
en la manifestación,
que con canciones celebran
la causa que les unió.
¿Cómo pueden por los votos
y el interés del dinero
legalizar el aborto
y decir que es un derecho?.
Si revisamos la historia,
vemos civilizaciones
que de manera notoria
se degradaron los hombres;
vieron desaparecer
esas culturas deformes
que destruían el ser.
¿Tan ciegos están y sordos
que no ven que nos acercan,
por sendero peligroso,
a dar con la misma piedra?.
Viendo a jóvenes y niños
que por centenares pasan,
comprobamos con alivio
que pervive la esperanza;
como una sola persona,
repiten una consigna:
la ley nada soluciona,
¡nos importa cada vida!