Tanto a nivel profesional como en actividades de formación, voluntariado,…, antes era de los jóvenes y ahora de los mayores. La vida sigue.
Lustros atrás eras tú
quien entonces destacaba
por aportar juventud
en las reuniones que estabas.
Llegada la madurez
que aporta la edad mediada,
empezabas a tener
jóvenes a tus espaldas;
pasados ya los sesenta,
miras con gozo el paisaje:
a tu alrededor compruebas
que hay más jóvenes que antes.