Piensa en lo que has recibido
de manos de nuestro Dios:
aún antes de haber nacido,
desde siempre en ti pensó;
después te llamó a la vida
en un lugar, un momento,
en medio de una familia
que te cuida con afecto;
para que pudieras dar
lo mejor que hay en ti mismo,
Él te quiso regalar
nueva vida en el Bautismo;
el mismo que redimió
a los hombres en la Cruz,
es Quien primero te amó
para que le amaras tú
y siempre sale al encuentro
aunque tú a veces le falles,
sirviéndose del pretexto
de un amigo o de su Madre…
Si todo te lo entregó,
¿no has pensado que en conciencia
le has de pagar con Amor
en justa correspondencia?