“FRATER QUI ADJUVATUR A FRATER…”
¡Hay que ver con que paciencia,
con que agrado, con que amor
te vuelcas con quien comienza
en una nueva misión…!
Lejos de ver en su empeño
un nuevo competidor,
le vas abriendo el sendero
para que vaya mejor:
le ayudas con los consejos
de quien antes empezó
y facilitas atento
lo duro de su labor;
te ves como en un espejo
ahora que el tiempo pasó
y para ti queda lejos
aquella tribulación
de quien tuvo los tropiezos
propios de la iniciación,
a pesar que puso esfuerzo,
gran entusiasmo y tesón;
y compartes tus secretos
para la organización
de los diversos eventos,
infundiéndole ilusión.
¡Cuánto cunde la paciencia
y el amor con que lo atiendes!
Ayudándole en su empresa
haces a tu hermano fuerte.