Los brazos abiertos para acoger
al hermano que ha puesto su quimera
en un nuevo país, en el que espera
conseguir en su vida renacer.
Viajando en tu memoria puedes ver
hace tiempo cuando emigrante fuera
quien al presente acoge, y cualquiera
lo pudo en su familia conocer.
La vida viene y va y su acontecer
no se para ni en raza ni en frontera:
la historia nos enseña por doquier
que nuestra gente fue tenaz viajera
dispuesta a la aventura de emprender
y a compartir aquello que tuviera.