En el hecho más trascendental de la Historia, DIOS cuenta con la libertad y la voluntad de la VIRGEN MARÍA, pidiéndole su consentimiento para la ENCARNACIÓN.
LA ANUNCIACIÓN A LA VIRGEN MARÍA
Es apenas una niña,
recogida en oración,
y ya con amor la mira
desde el cielo el mismo Dios.
Como nació sin pecado,
tiene el alma inmaculada,
el corazón entregado
y sincera la mirada.
Dios Padre le ha remitido
a la tierra un mensajero,
que le pide su permiso
para un milagro del cielo:
si da su consentimiento,
se encarnará en sus entrañas
el Mesías que hace tiempo
los Profetas anunciaran.
El sí que le da María
el prodigio ha completado
y la Virgen queda encinta
por el Espíritu Santo.