Hoy día muy cuestionada por algunas ideologías en boga, la DIGNIDAD ES INTRÍNSECA AL HOMBRE.
LA DIGNIDAD HUMANA
No depende de la edad,
del lugar de nacimiento,
inteligencia o bondad,
de lo que digo o que pienso;
ni salud ni enfermedad
suponen su fundamento,
torpeza o genialidad
no modifican su acento.
Sólo depende en verdad
de Quien hizo Tierra y Cielo:
del hombre la dignidad
es regalo del Eterno.