MIRANDO A JESÚS CRUCIFICADO
Mirándote, con la contemplación
al teólogo le enseñas teología,
al poeta a escribir pura poesía,
al hombre como estar en oración.
Mirándote, me embarga la emoción,
eres fuente de paz y de alegría,
ahuyentas la cruel melancolía
y se llena de amor el corazón.
Aunque temo al saber que soy de lodo
y me abruma volver a mi pecado
al doblar de la vida algún recodo,
por tu muerte en la Cruz nos has salvado
y me siento por Ti capaz de todo
mirándote, Jesús, crucificado.