Han urdido con cuidado
planes con la inteligencia
que Tú les habías dado,
para dormir las conciencias;
planes para dominar
las mejores voluntades
que pudieran acallar
sus pecados y desmanes;
planes para conseguir
sin aportar argumentos
que no hablemos más de Ti,
ni por fuera, ni por dentro;
para pervertir las almas
alejándolas del bien,
consiguiendo anestesiarlas
con el éter del placer…
Más, aunque yo soy voluble
y capaz de traicionarte,
de seguir otras costumbres
que no tuvieron mis padres,
siempre sigues a mi lado
siempre permaneces fiel
y vas ahogando el pecado
en abundancia de bien.
A pesar de mis silencios,
me continúas hablando;
a pesar de mis desprecios,
sigues guiando mis pasos.
Tú nunca nos abandonas
ni deshaces tu alianza,
como buen Padre perdonas
a quien humilde te llama.
Aunque los hombres se alejen
tras ídolos materiales,
esperas a que regresen,
devuelves bienes por males.
POR MÁS QUE LOS HOMBRES QUIERAN
HACER QUE CALLE TU VOZ,
NO LOGRARÁN QUE SE PIERDA
JAMÁS EL AMOR DE DIOS.