RENACER EN SEGOVIA.
A fuerza de pasear por tus calles
flanqueadas por nobles edificios,
nos ha dominado la rutina
y nos hemos olvidado de soñar.
El prosaico discurrir de los días
queda lejos de historias y leyendas
que se esconden en cada rincón,
en cada calle, en cada plaza.
Oculta en tus soberbios patios,
la belleza parece miedosa de mostrarse
y de perder su encanto centenario
si se dejara fácilmente contemplar.
Más modestos, los corralillos,
que desafían el paso de los años,
prestan su sencilla acústica
para acoger los cantos populares.
Apenas acertamos a admirar
cada detalle que manos delicadas
tallaron en la piedra con esmero
en épocas que el tiempo no contaba.
Hoy valoramos lo que es útil
para servirnos de ello y consumirlo,
en vez de disfrutarlo contemplando
y llenándonos el alma de tu encanto.
Lejos de quienes levantaron
iglesias, casas y torres almenadas,
apenas te dejamos respirar
enzarzados en luchas partidistas.
Es tanta la fuerza del pasado,
de épocas gloriosas y pujantes,
que ni siquiera la mayor desidia
podría acabar con tu grandeza.
Y mereces que emprendamos el empeño
en aumentar cuanto podamos tu hermosura,
con los más esforzados valores
de los hombres y mujeres que te viven.