2ª PARTE: TIEMPO DE OPORTUNIDADES
Dios escoge entre los hombres
que habitan en un país
las almas que le responden
al llamarlas con un sí.
Corazones generosos
que no temen al dolor
de calumnias de los otros
ni de la provocación;
que ofrecen su testimonio
con firmeza y humildad,
y contra los que el demonio
nunca llegará a triunfar.
Se saben hijos de Dios
y esta FILIACIÓN DIVINA
es la fuente del amor
que sus vidas ilumina.
Vidas de entrega y servicio
que ofrecen a los demás,
en alegre sacrificio
elegido en libertad;
vidas llenas de sentido,
con la clara vocación
de trabajar decididos
para la paz y el perdón.
Los MEDIOS son los de siempre,
los que Jesús preparó:
sabemos que está pendiente
y escucha nuestra oración;
que su Palabra se siente
cuan fuego devorador;
y que Él se quedó presente
en la IGLESIA que fundó,
dejando en los Sacramentos
una visible señal
de que está cada momento
con nosotros al andar;
ellos son nuestro alimento
para poder trabajar
en el mundo que tenemos
entre todos que salvar.
No estás solo y no es verdad
poner límites al tiempo,
pues toda la Humanidad
formamos un mismo Pueblo;
si tienes la tentación
de sentirte en soledad,
acudiendo a la oración
lograrás serenidad.
Que Dios está en todas partes
y su presencia cercana
siempre puede consolarte
si le haces sitio en el alma;
en la tierra y en el cielo
hay alguien pensando en ti,
para que tengas consuelo
sino te sientes feliz.
Pues Dios es un Padre bueno
y porque nos quiere tanto
le alegra que disfrutemos
la COMUNIÓN DE LOS SANTOS.
Reza por los que murieron
y ofrece por los que viven
problemas y contratiempos,
que Dios todo lo recibe
y aunque no mires el fruto
de tus mejores acciones,
puedes tener por seguro
que tienes sus bendiciones
y en algún lugar del mundo
un alma florecerá,
al notar en lo profundo
que Dios le viene a llamar.
Dios revela a la criatura
lo que necesita dentro:
para sentirse segura
le da los DIEZ MANDAMIENTOS,
para que viva feliz
a pesar de los vaivenes
que le puedan ocurrir
mientras la vida acontece;
señales que nos indican
por dónde sigue el camino
y a proseguir nos invitan
sirviéndonos como auxilio.
Tiene Dios siempre clemencia
del hombre, que es pecador;
con infinita paciencia
espera lograr su amor:
una y mil veces te apartas
del que sabes su camino
y cuantas veces te marchas
Él llora tu desatino,
pero siguen bien abiertos
sus brazos de par en par,
esperando siempre prestos
para poderte abrazar.
¡Cómo contrasta su gesto
con nuestra cicatería,
ese proceder rastrero
al que llamamos “justicia”!
Enseguida condenamos
a aquel que nos ofendió
y solo le perdonamos
para sentirnos mejor
o creernos superiores,
encima del bien y el mal,
haciéndonos pecadores
por no saber perdonar.
Descubres en tu interior
destellos de la bondad,
latidos del corazón
que se abren a los demás;
nubes de envidia y soberbia
oscurecen en tu mente
los atisbos de inocencia
que conservas aún presentes.
Emprendes con ilusión
una nueva singladura
que ilumina la razón
y te anima a la aventura;
te sorprende el temporal
que en la vida se desata
y amenaza naufragar
lo que queda de esperanza.
Te obsesiona destacar
en alguna disciplina,
que por ser original
en el recuerdo perviva;
la humana naturaleza
es cada día testigo
que demuestra con dureza
cómo te trata el olvido.
Quieres llenar el vacío
que va creciendo por dentro
cuando cada desafío
consigues con gran esfuerzo;
sólo en Dios tendrás descanso
y encontrarás en su paz
el Amor que vas buscando
con ansias de eternidad.
Si estás en silla de ruedas
o estás postrado en el lecho,
si tu mente no está cuerda
o llevas un tiempo enfermo,
nunca llegues a pensar
que eres tan sólo un desecho
y para la sociedad
vas a ser un peso muerto.
Tu vida da testimonio
para que tengan por cierto
que, ya cercano o remoto,
les llegará el sufrimiento;
conocerán la verdad
cuando comprueben tu afecto:
tiene el hombre DIGNIDAD
por sólo el hecho de serlo;
si tus penas y dolores
sabes convertir en rezos,
todos seremos mejores,
pues Dios está siempre atento
a todas las peticiones
que le hace el que está sufriendo
y suben tus oraciones
hacia el Señor como incienso.
Él te regala sus DONES
que nos ayudan a ver
la voluntad que dispone
para que puedas crecer:
de ciencia y sabiduría,
de piedad y entendimiento,
temor de perder su dicha,
de fortaleza y consejo;
porque siempre está presente
y porque nos quiere tanto,
en el alma del creyente
está el ESPÍRITU SANTO.
Según transcurren los días,
vas contemplando el guión
de la historia de tu vida
y su representación.
¡Cuántos vuelcos ha tenido
el final de cada trama!
¡Cuántas cosas han salido
como no las esperabas!:
hoy se cruza un personaje
desconocido hasta ayer;
mañana será un viraje
en lo que quisiste hacer;
a veces el viento sopla
favorable de repente
y otras parece que bogas
en contra de la corriente;
en medio de la tormenta
aparece un resplandor,
o cuando nada te inquieta
un zarpazo de dolor…
DIOS ESTÁ EN OTRO ESCENARIO:
la función ya está completa
y contempla tu diario
con la vista siempre atenta;
esencia de eternidad,
en un continuo presente,
si tú le dejas entrar
hará morada en tu mente;
respeta tu libertad
y te regala su amor,
que no hay nadie que en verdad
pueda quererte mejor.
Paciente espera en su Gloria
que compartirá contigo:
es el Señor de la Historia,
es tu Padre y es tu Amigo.
Consciente de tus miserias,
cuando se crece el orgullo
tu pequeñez te recuerda
que el mérito es siempre suyo.
No te dejes arrastrar
por la tristeza que llega
si aciertas a comprobar
el fracaso de tu entrega.
Levántate en cuanto caigas,
ponte nuevamente en pie,
que no te falta la Gracia
mientras vivas de la Fe;
en el alma la Esperanza
es la mejor garantía
de que luchando se alcanza
en el Señor la alegría.
Y al que permanece fiel,
aunque le falte valor,
le ha prometido tener
su recompensa de Amor.
Esfuérzate en lo ORDINARIO
para que puedas llevar
a tu trabajo diario
afanes de eternidad;
si aprendes a ser feliz
con los hechos cotidianos,
nada podrá contra ti
la tentación de lo vano,
ni podrán las apariencias
de ilusiones deslumbrarte
con utópicas creencias
que no van a realizarse.
Cualquiera que coincidiera
tus circunstancias y oficio,
enarbola por bandera
ESPÍRITU DE SERVICIO,
porque el hombre se realiza
con la entrega a los demás
y la entrega garantiza
que tu alma crecerá;
te recuerdo aquel refrán
que siempre fue cosa cierta
y es que la felicidad
abre hacia fuera sus puertas.
No te dejes arrastrar
por los sueños de grandeza:
sabes que debes cuidar
mejor las COSAS PEQUEÑAS;
quien en lo pequeño es fiel,
cuidando de los detalles,
al final puede tener
grandes oportunidades.
Comparte con alegría
tu anhelo con los demás
y que también ellos vivan
con esa mentalidad
de poner alto el listón
buscando las grandes metas,
luchando por lo mejor,
y tendrán su recompensa.
Eres fruto del amor,
motivo de un pensamiento
que un día tu Padre Dios
concibió en su Ser eterno.
Puedes ver que te abandone
la ventura y el dinero;
puede que el dolor se asome
como ladrón en silencio;
o que te alcance la sombra
negra de la soledad:
no dejes que nada rompa
tus ansias de eternidad.
Si lo piensas bien, te asombra
la grandeza del misterio:
para Dios tú siempre importas
y te cuida desde el Cielo.
En manos de NUESTRA MADRE
descansarán nuestras vidas,
sin miedo a nada ni a nadie,
porque ella siempre vigila.
Seguros de su cariño
y bajo su protección,
elevamos decididos
esa sentida oración,
que a lo largo de los siglos
desgranamos a diario
y las familias ha unido:
es el rezo del ROSARIO.
Causa de nuestra esperanza,
también de nuestra alegría,
en el peligro acompaña
a quien más lo necesita;
es la Estrella de los mares,
como cantan los marinos,
y conoce los afanes
de los que somos sus hijos.
Representa la inocencia,
imagen del amor puro,
todo lo que el alma espera
y que no encuentra en el mundo;
Ella es consuelo y ternura
para el alma dolorida,
que tanto sufre en la dura
caminata de la vida.
Muchachos de mente ruda,
niñas de mirada muerta,
jóvenes llenos de dudas…
todos llaman a su puerta;
antes parecen gañanes,
despiadados y feroces,
que todos somos capaces
de los mayores errores;
más a su lado se crecen
dando siempre lo mejor,
mientras rendidos le ofrecen
su sufrido corazón.
Admiremos el ejemplo
de Quien por amor se entrega
sin tener miedo al esfuerzo
¡siempre a los demás atenta!.
No busques en el bullicio
de la fiesta la verdad,
pues escapar de ti mismo
no te trae felicidad.
No se trata de estar triste,
sino de estar recogido:
ese afán por divertirte
desemboca en el vacío.
Si esperas en el silencio
una razón de tu vida,
puede que descubras dentro
de ti mismo la salida,
si brota con armonía
una voz en tu interior,
que te pone en sintonía
con los ecos del amor.
Lo que tú buscas se encuentra
en tu propio corazón:
el esconde la respuesta
pues es morada de Dios
La paz consigues si luchas
por lo que vale la pena,
porque sin lucha ninguna
la vida estéril te espera:
sólo estando en paz consigo,
con alma y mente serenas,
paz con los seres queridos,
en alegrías y penas;
sólo estando en armonía
con esa naturaleza
que despierta cada día
y cada noche se acuesta;
sólo viviendo pendiente
de las desgracias ajenas,
trabajando por la gente,
estén lejos o estén cerca;
sólo escuchando la voz
que en su interior le revela
esos designios que Dios
a cada uno encomienda…
vive el hombre en plenitud
una vida que le llena
de colores y de luz:
UNA ETERNA PRIMAVERA.
Hace mucho daño el mal,
pregona su daño a voces
y te puedes figurar
que ya todo se corrompe;
pero el bien es silencioso,
conquista los corazones
cuando descubren gozosos
lo mejor que hay en el hombre.
Pasaron persecuciones,
ataques y destrucción…
pero volvieron las flores
a brotar tras el dolor.
Refréscate la memoria
y tus temores acalla,
porque te enseña la historia
que Dios no pierde batallas.
Aunque el mundo en sus afanes
te parece que hila fino,
acaba según los planes
de los designios divinos.
Al alcance de la mano
tienes todo lo que quieres:
es tu Padre soberano
Señor de todos los bienes.
Si confías al rezarle,
escucharte te promete;
el sabe mejor que nadie
aquello que te conviene.
Si te diriges con fe
y con la humildad que debes,
abandónate después
y descansa en Él tu suerte.
Al humilde hace feliz
y se resiste a los fuertes:
sino le quieres pedir
y la soberbia te puede;
sino sabes dirigir
tu súplica penitente,
jamás vas a conseguir
aquello que no mereces.
Entrégale generoso
tu corazón y tu mente:
Dios es todopoderoso,
es tu Padre omnipotente.
Si a la adversidad te enfrentas
con esta mentalidad,,
se convierten los problemas
en nueva oportunidad.
Al terminar podrás ver
lo que San Pablo advirtió:
todo sirve para bien
de los que aman a Dios.
Que crisis siempre tendrás,
pero no temas los males,
porque si con Dios estás
serán oportunidades.