Por siglos en la roca se levanta,
con orgullo, el noble caserío:
alegre corre por el valle el río
y en su prisa a los hombres adelanta.
La esbelta Catedral la gloria canta
de Dios, haga calor o arrecie el frío;
sus campanas ahuyentan el hastío
y su torre del cielo no se espanta.
Es Segovia velero en una roca,
anclado para siempre así en Castilla,
de cuya nobleza vive enamorado;
quien busca la belleza no equivoca
su rumbo, si dirige aquí su quilla,
con vela por completo desplegada.