FACTORES INTERNOS AL ALUMNO
Falta de motivación y de interés:
Muchos chicos muestran un gran desinterés ante lo que les ofrece la escuela y ante el proceso de aprendizaje. Eso hace que su actitud sea pasiva o indiferente. En tales casos se debe indagar el porqué de esta actitud.
Diversidad de intereses y atención derivada a otras cosas diferentes:
Muchos chicos actualmente no estudian lo suficiente, pero sencillamente porque hay muchos obstáculos entre los estudios y ellos. En muchos casos son la televisión, la música, el ordenador, los videojuegos, los amigos, el fin de semana, el ocio, el fútbol, las modas, etc. A estos temas les dedican mucho más tiempo y, sobre todo, mucho más interés que a sus estudios.
La influencia de los amigos:
No cabe duda de que es muy grande. De hecho, es frecuente que en las aulas y en el patio de recreo formen grupos diferentes los alumnos que suelen suspender bastantes asignaturas y viceversa. Habitualmente, detrás de un buen número de suspensos hay también una manera de pensar y una actitud ante la vida bastante pasota o de rebeldía negativa. Es bastante normal que los chicos y chicas se unan por afinidades, y esta es una de ellas. El grupo les da fuerza, apoyo, cohesión y comprensión.
En cualquier caso, es fundamental que los padres estemos siempre vigilantes para saber cuáles son las amistades de nuestros hijos y que les hagamos ver la importancia de no dejarse influir negativamente por ellos.
Consumo de drogas y alcohol:
Este factor está mucho más relacionado con el fracaso escolar de lo que la gente se cree. Hay muchísimos chicos de catorce años desmotivados por los estudios, problemáticos en el aula y sin otra válvula de escape de fumarse un porro. Se trata de chicos que consumen prácticamente a diario.
Falta de esfuerzo y de hábitos de trabajo:
Creo, sinceramente, que en este factor esta el quid de la cuestión en muchísimos casos. Si un alumno se esfuerza de veras, es muy difícil que no se saque ni la ESO.
Falta de técnicas y hábitos de estudio:
Está muy relacionado con lo anterior. Hay chicos que no saben estudiar, y hay que enseñarles a hacerlo. Sin embargo, corremos el riesgo de pensar que las técnicas de estudio pueden suplir a la falta de esfuerzo, lo cual no es posible. Y los hábitos de estudio se deben aprender en la familia y antes de la adolescencia.
Factores emocionales:
A veces, los suspensos de un niño obedecen a carencias de tipo afectivo, a problemas familiares, a la baja autoestima, a la excesiva sobreprotección, etc. Todo este tipo de problemas es necesario que sean conocidos por los profesores para que sean tenidos en cuenta a la hora de evaluarlos.
Factores intelectuales:
A veces hay alumnos que presentan un desajuste entre su edad cronológica y su edad intelectual, o que tienen dislexia o un Cociente Intelectual más bajo, lo que les puede ocasionar problemas a la hora de hacer una lectura comprensiva, por ejemplo. En todos estos casos, es esencial la detección precoz del problema y el adecuado apoyo psicopedagógico.
Problemas de tipo médico o psicológico:
Aunque no son habituales, pueden darse problemas con la vista o el oído, con el sueño, trastornos de alimentación como la anorexia, trastornos endocrinos como la diabetes o problemas de tiroides; depresión, problemas de ansiedad o TDAH, etc.