“Las personas verdaderamente solidarias no solo están preocupadas en que los que les rodean mejoren su situación de agobio económico y vital, sino que hacen lo posible para que esas personas y sus hijos adquieran una mayor formación, que les permita mantener la familia con mayor desahogo y dignidad. «
«Y esto lo hacen no como un favor, sino que les ayudan con calor humano y afecto, puesto que todos los seres humanos somos iguales y no es justo que haya familias que estén siempre abajo.”