¿Qué es para nosotros el universo?

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Big bangEtimológicamente la palabra universo viene de  unus + versus, es decir  «la reunión de todo en uno» y según los diccionarios  de la Real Academia y el  Webster  «es el conjunto de todas las cosas creadas  que constituyen un sistema o un todo». Con una terminología más científica sería  «la totalidad de materia y energía en existencia».

Al referirnos al universo nos encontramos con una cierta ambigüedad en el uso del término. Para algunos, universo es todo aquello que podemos observar ahora, o podrá observarse en el futuro, con los instrumentos a disposición de los astrónomos. Para otros sería todo lo que existe en el espacio y en el tiempo, incluyendo otros posibles universos, aunque este «multiverso» no sea observable por los hombres, debido a sus diferentes leyes y dimensiones. Si, utilizando el primer sentido, llamamos universo a nuestra propia burbuja de espacio-tiempo, es decir  lo que es, en principio, visible con nuestros telescopios. Y podemos reservar el término de cosmos para referirnos a la totalidad del espacio y tiempo, dentro de los cuales puede existir un número indefinido de otras burbujas en expansión, otros universos con los cuales nunca podremos comunicarnos.

La inflación cósmica, que se produce en los momentos iniciales del origen del universo, hace desaparecer de nuestro horizonte observable una amplísima parte del universo total, con lo que resulta imposible la observación del continuo completo. De ahí que se apliquen los nombres de universo observable, conocido o visible a la parte de universo observable o cognoscible por los seres humanos, que se refieren a él como a nuestro universo.

¿De dónde viene el universo? ¿Cómo y por qué empezó? Al hacerse estas preguntas, Stephen Hawking comenta: «todavía sigo intentando comprender cómo funciona el universo, por qué es de la forma que es y por qué simplemente existe. Creo que hay razonables posibilidades de que podamos tener éxito en las dos primeras metas, pero no soy tan optimista acerca de descubrir por qué existe el universo». Y en otro lugar: «todavía no comprendemos por completo el origen del universo…» El premio Nobel de Física Charles Townes afirma en la revista de IBM Think magazine: «¿Puede encontrar la ciencia la manera de hablar del origen del universo, o se trata de algo que está, simplemente, fuera de su alcance? los físicos confían en poder mirar más allá del Big Bang, y, posiblemente, explicar el origen del universo como, por ejemplo, un tipo de fluctuación. Pero… ¿fluctuación de qué? y ¿cómo empezó a su vez esta fluctuación? En mi opinión la cuestión del origen aparece siempre sin respuesta si la exploramos exclusivamente desde el punto de vista científico».

Para intentar explicar el origen y la constitución del universo debemos utilizar tres enfoques distintos, aunque complementarios. Por una parte, la ciencia, mediante un trabajoso esfuerzo de siglos ha ido construyendo lo que podemos llamar la cosmología científica, una disciplina que, junto a un buen número de evidencias inequívocas, contiene un amplio manojo de teorías, cuya certidumbre está aún en espera de confirmación. Al lado de este enfoque, la cosmología filosófica utiliza un razonamiento más profundo que contempla el universo en relación con la existencia misma. Este enfoque filosófico, por su propia naturaleza, sobrepasa los límites de la ciencia. Y junto a estos dos enfoques, podemos situar también una cosmología religiosa y, dentro de ella, una cosmología cristiana en la que la razón, iluminada por la fe, ve el universo a la luz de un Dios personal que lo ha creado por amor.

A pesar de la cerrazón materialista de algunos, estos tres enfoques,  no se contradicen necesariamente entre sí, ya que es posible asumirlos simultáneamente para obtener así una explicación más rica y valiosa acerca de lo que es el universo y de dónde procede. (1)

(1) Fuente: Diego Martínez Caro

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