Una vez más, el deporte se ha encargado de darnos alegrías a los españoles y además una tras otra. Si el domingo muchos aficionados al mundo del motor se alegraban al ver a Fernando Alonso ganador en Monza, pocas horas después otro deportista, Rafa Nadal, tomaba el relevo en esta competición de satisfacciones, al conquistar el US Open de Nueva York.
Desde ese momento, todos los medios de comunicación, hablan sin tregua de Nadal. Unos y otros, tras dar cuenta de la importancia de su triunfo, se han dedicado a analizar la personalidad humana y deportiva de Rafa Nadal. Para ello, nada mejor que recurrir a las personas de su entorno, tanto familiar como deportivo y, con ellas, descubrir los pilares y cimientos que han forjado y soportan la fibra de acero de este campeón.
Cotejando sus declaraciones hay una enorme coincidencia: Rafa Nadal es un tipo sencillo, humilde y leal; muy cordial, amigo de sus amigos, desinteresado y dispuesto a sacar tiempo para echar una mano donde hace falta, virtudes todas que traslada al ámbito de lo deportivo, en el que, además, acepta y pone en práctica las indicaciones que recibe para mejorar su juego, tiene una enorme voluntad, no se doblega ante la contrariedad y siempre persigue la superación.