El manifiesto “Unas Humanidades con Futuro”, promovido por profesores de distintas disciplinas con el impulso del Instituto de Estudios Catalanes y la Facultad de Teología de Cataluña, constata que los estudios humanísticos han ido perdiendo protagonismo debido a factores sociopolíticos y económicos. Pero las razones últimas se encuentran “en una crisis más general del saber, también del saber científico, a menudo valorado solo por sus aplicaciones prácticas y sin que se le relacione con la pregunta por el sentido”.
FUENTE: ACEPRENSA
Hace falta potenciar la figura del maestro que cultiva y comunica las humanidades con pasión, dice el manifiesto
Pero las consecuencias negativas solo son una cara de la moneda, y ni siquiera la más importante. Las humanidades son valiosas por sí mismas, porque llevan dentro “la pasión por la belleza y por un mundo más humanizado, libre y feliz”. También son “interesantes y útiles” porque proporcionan criterios de orientación y pensamiento crítico, a la vez que disponen para el diálogo y la comprensión de otras culturas.
Propuestas para la enseñanza
A la vista de estos beneficios, el manifiesto urge a “recuperar el entusiasmo por todas las creaciones del espíritu humano y restablecer y potenciar la figura del maestro que cultiva y comunica las humanidades con pasión”.
Concretamente, para la etapa de enseñanza secundaria, el manifiesto propone impulsar “el aprendizaje de las lenguas modernas y de las lenguas clásicas (griego y latín), las cuales deben mantenerse como materias optativas pero no residuales”. También reivindica un lugar en el plan de estudios para “los grandes relatos de la Biblia”, que “deben ser referentes culturales”.
La tendencia actual a la especialización de los estudios universitarios debe completarse con una visión más amplia del saber, y “el equilibrio entre las disciplinas técnicas y las humanidades”. “No se pueden confinar las humanidades a las ‘carreras de letras’. Las ciencias necesitan las humanidades, y las humanidades no pueden desvincularse de la ciencia”.
Los firmantes proponen reforzar el griego y el latín, los idiomas y la historia sagrada en la enseñanza secundaria
La cultura humanística necesita también el apoyo de las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación. Aquí el manifiesto esboza una propuesta interesante: “Las humanidades necesitan una discriminación positiva” para “fomentar el gusto por la lectura, la escritura y el conocimiento de los clásicos”.
Entre los primeros firmantes del manifiesto figuran humanistas destacados de Cataluña: Salvador Giner, catedrático de Sociología; Victoria Camps, catedrática de Ética; Jordi Llovet, catedrático de Teoría de la Literatura y autor de un libro sobre el declive de las humanidades en la universidad ; Rafael Argullol, catedrático de Estética y Teoría de las Artes, entre otros.