Desde hace años, periódicamente se convierten en noticia sensacional revelaciones sobre abusos cometidos en instituciones católicas en Irlanda. La última se refiere a una fosa común cerca de un asilo para madres solteras en Tuam que fue regentado por monjas y que contendría 800 cuerpos de niños… que nadie ha visto.
Fuente: Spiked
Las investigaciones realizadas tras otras revelaciones suelen mostrar que había mucha exageración y datos falsos. Brendan O’Neill cuenta en Spiked cómo se ha distorsionado también esta última noticia, y señala que hoy en Irlanda cualquier manipulación informativa se da por buena si va contra la Iglesia católica.
“La transformación del pasado de Irlanda en un pozo negro de maldad del que los modernos historiadores y un surtido de atacantes anticatólicos pueden echar mano en búsqueda de material para sostener sus prejuicios contemporáneos, lleva inevitablemente a distorsionar los hechos. Es sorprendente la cantidad de recientes revelaciones sobre la católica Irlanda que una vez comprobadas han resultado ser falsas.
”Antes de Tuam, hubo el caso de Escuela Industrial Letterfrack, también en el oeste de Irlanda, de la cual se dijo que básicamente había sido un campo de exterminio, en la que los niños habían sido violados, matados y enterrados en fosas comunes. Los periódicos dijeron que había sido un ‘Holocausto de brutalidad y muerte’. Cuando se realizaron estudios, se descubrió que había habido 147 muertes de niños durante toda la historia de la escuela –de 1887 a 1974– y que estas muertes fueron causadas por ‘neumonía, tuberculosis, meningitis o accidentes mortales’.
”En el caso de las Lavanderías Magdalena dirigidas por monjas irlandesas, muchas de las más chocantes acusaciones hechas en películas, libros y artículos periodísticos, fueron cuestionadas en un exhaustivo informe del gobierno irlandés publicado el año pasado. El informe no encontró ningún caso de abuso sexual en toda la historia de las lavanderías. También descubrió que la gran mayoría de las chicas que vivían y trabajaban en las lavanderías no sufrieron ningún castigo corporal.
”‘Es incuestionable que el informe no está de acuerdo con las apreciaciones populares’, dijo entonces el Irish Times. Más aún, uno de los libros más leídos acerca de las lavanderías, Don’t Ever Tell de Kathy O’Beirne, uno de los best sellers irlandeses del siglo XXI que ha sido citado en comentarios sobre los abusos sexuales en la Irlanda católica, resultó ser una falsedad: O’Beirne nunca estuvo ingresada en una de esas lavanderías.
”La cobertura de los principales periódicos sobre el pasado irlandés incluye a menudo datos llenos de errores: ‘Miles de niños fueron violados en los reformatorios irlandeses’, dijo el diario británico The Independent en 2009, cuando el gobierno irlandés publicó su extenso informe sobre el abuso de niños en escuelas regidas por instituciones católicas. Claramente el diario no había leído el informe, pues si lo hubiera hecho seguramente habría advertido que había 68 denuncias de violación, no todas ellas probadas, en el periodo 1914-1999. Cómo 68 acusaciones de violaciones se convierten en ‘miles fueron violados’ no deja de ser sorprendente.
”Cuando las exageraciones y los mitos acerca del pasado irlandés han sido descubiertos, la respuesta ha sido siempre la misma: de acuerdo, pueden haber sido mentiras pero han sido mentiras beneficiosas, porque han hecho que la gente hable sobre la historia de los abusos católicos en Irlanda. Cuando el informe del gobierno irlandés en 2013 sobre las Lavanderías Magdalena desmintió las denuncias hechas en varios libros y películas, los activistas dijeron al Irish Times que ‘el papel que han desempeñado [esas películas y libros] para llamar la atención sobre el tema justifican cualquier aderezo artístico’”.
Pero, se pregunta O’Neill: “¿Cuántas mentiras buenas tienen que contarnos sobre el pasado de Irlanda antes de que pasen a ser simplemente mentiras? Si muchos de esos mitos afectaran a un gobierno en relación con una guerra o algo así, sería un escándalo, habría peticiones de una investigación: entonces, ¿por qué es admisible cuando las medias verdades, los hechos falsos y los aderezos artísticos afectan a la Iglesia católica en Irlanda?”.
“¿Fue la Irlanda del pasado un sitio a veces duro y desagradable? Sí. ¿Maltrató la Iglesia católica a algunas de las mujeres y niños confiados a su custodia? Sin duda. Pero la insana obsesión de los últimos diez años por rastrillar el pasado irlandés tiene poco que ver con confirmar tales hechos y en cambio se ha convertido en un ejercicio moral grotesco, que proporciona placer a la brigada anticatólica y alimenta la autoflagelación histórica que ahora pasa por vida pública en Irlanda”.