Un día en la entrega de leche y pañales a madres en dificultades

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La mayor precariedad ha disparado un 25% la demanda El Banco del Bebé entrega a la semana 4.000 pañales, que junto a la leche son los artículos más demandados. Son las diez de una fría mañana en Madrid. Ocho empleados de Grupo Tragsa, empresa pública del sector medioambiental, se dirigen a la Plaza de San Amaro con un camión cargado de artículos de primera necesidad para recién nacidos. En concreto, llevan 100 kilos de leche infantil, 150 de leche continuación, 50 de leche normal, 2.000 pañales, 50 kilos de productos de higiene infantil y 100 unidades de potitos y papillas. Todo ello procede de una recolecta que de forma voluntaria han realizado los empleados de este grupo empresarial y que con gran ilusión donan al Banco del Bebé de la Fundación Madrina.

FUENTE : LAURA PERAITA -ABC

Es el segundo año que repiten esta misma acción por estas fechas. «La idea surgió por iniciativa propia de los trabajadores de Tragsa –asegura Rosa Ruiz, de la subdirección de Comunicación de esta compañía– de forma que se planteó a la dirección que aceptó de inmediato y se puso en marcha la campaña de recogida dentro de la política de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa. El año pasado ya fue un éxito y, por ello, hemos repetido de nuevo la operación con el Banco del Bebé, ya que anteriormente los hicimos con el Banco de Alimentos».

Tras descargar todas las cajas del camión y entregarlas, los ocho empleados de este grupo pasaron la mañana con los voluntarios del Banco del Bebé y con algunas de las madres destinatarias de los artículos entregados para sus hijos. «Vivimos una mañana muy emocionante y conocimos más a fondo e “in situ” la labor de esta fundación para poder transmitirla con detalle al resto de profesionales de la compañía. Es increíble la labor que hacen».

Asegura que tuvieron la oportunidad de comprobar las necesidades reales de estas chicas a las que van destinados los artículos que han donado, algunas muy jóvenes que se quedan embarazadas y en la calle. «Normalmente se tiene la creencia de que las mujeres que están en esta situación son inmigrantes y sin posibilidades. Pero, no es así, –puntualiza Rosa Ruiz– también hay españolas, incluso mujeres mayores con estudios en Medicina, Enfermería… que sus parejas y familias les dan completamente la espalda por quedarse embarazadas y no encuentran medios para sacar adelante ni a sus bebés ni a ellas mismas. A muchas se les pasa por la cabeza la idea de abortar. Hay historias realmente dramáticas. Te das cuenta de que eran chicas “normales” con un proyecto de vida y que por diversas circunstancias su destino se ve truncado. Te hace reflexionar y ser consciente de que la vida puede dar en cualquier momento un vuelco y encontrarte en una situación similar en la que necesitas mucho apoyo para seguir adelante. Conocerlas y escucharlas es poder humanizar la ayuda que les entregas. Es una verdadera lección de vida».

Que sean autónomas

El Banco del Bebé abrió sus puertas en el año 2000 de la mano de Conrado Jiménez, presidente de la Fundación Madrina, quien se planteó la iniciativa de dotar de alimentos a las madres en situaciones extremas, al tiempo que organizó un servicio telefónico para atender sus llamadas de auxilio con el fin último de proteger a la infancia.

Explica que el almacén de 80 metros cuadrados que disponen en Madrid para recibir las donaciones se les ha quedado pequeño porque allí guardan leche materna, pañales, toallitas, jabón, sábanas, biberones, potitos, cochecitos… todos ellos artículos de primera necesidad para los pequeños.
Esta organización gestiona su labor social y de acompañamiento mediante las voluntarias de Fundación Madrina. Su función consiste principalmente en la entrega de los alimentos a las familias estipuladas. Durante la entrega comprueban la situación de las usuarias y de los bebés que las suelen acompañar.

«Atendemos al mes una media de 200 madres en dificultades a las que citamos para conocer no sólo qué material necesitan, sino cuál es su situación familiar, laboral, cómo cuidan a sus hijos… –apunta Jiménez–. Además de asignarlas de un carné para que puedan ir a nuestro almacén a por le-
che y pañales para sus hijos, las ayudamos a paliar su situación para que logren ser autónomas y den un futuro próspero a sus pequeños. A estas madres se suman las que llegan en situación de emergencia y atendemos en el mismo día. Les damos, además, un hogar en el que dormir, una formación, guardería para que puedan ir a buscar trabajo… », asegura.

Mayor precariedad

Conrado Jiménez añade que la situación desde hace tiempo ha empeorado, a pesar de haber pasado ya los peores años de la crisis económica. «El grado de necesidad ha aumentado un 25% porque hay mayor precariedad. Ha crecido el número de casos de adolescentes embarazadas y de madres mayores de 40 años que literalmente se quedan en la calle porque sus parejas y familia no quieren saber nada de ellas ni de sus hijos. Es terrible. Algunas no tienen ni un euro para comprar un billete de autobús para venir hasta nuestra sede a recoger alimentos o pañales. Tenemos que ir a buscarlas».

Todo el material que reciben llega de las campañas que realizan en colegios y también de parte de empresas involucradas e, incluso, de particulares. A la semana entregan una media de 4.000 pañales que junto a la leche materna son los artículos más demandados. Explica que ellos fomentan que las madres den el pecho a sus hijos, pero en muchas ocasiones no es posible porque no han recibido la información para hacerlo, han tenido cesáreas o les resulta incompatible si quieren acceder al mercado laboral.

El Banco del Bebé también dispone de un ropero en el que reciben donaciones para que madres e hijos puedan vestir más adecuadamente según la época del año. Últimamente han creado también el Banco de la Proteína. «Teníamos fruta, legumbres, verdura… pero nos hacía falta ofrecer a estas mujeres carne o pescado para que su alimentación fuera más equilibrada y completa. Hemos logrado un acuerdo con varias asociaciones de caza y de tiro que nos preparan la carne que les sobra, la congelan y nos la dan para que podamos administrarla. De esta forma, la dieta de estas madres es mucho más nutritiva».

Más ayudas

A Conrado Jiménez no le titubea la voz al asegurar que «necesitamos ayuda económica para mantener el Banco del Bebé, abastecer a todas las solicitudes de auxilio que nos llegan, contratar a una persona que se encargue de la organización y distribución, etc. Debería ser obligatorio que las empresas donaran un 0,7% a este tipo de causas porque hay muchas ocasiones en que nos vemos desbordados porque al Banco del Bebé nos llegan peticiones de toda España. En total atendemos a 4.000 familias. Aún así, es una suerte que haya organizaciones que por iniciativa propia hagan campañas para ayudar a los más necesitados».

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