Hoy 2 de abril de 2025 se cumplen veinte años del fallecimiento de San Juan Pablo II, una de las figuras más carismáticas y aclamadas de las últimas décadas, como demostró, por ejemplo, la afluencia de millones de personas a sus funerales. Sin embargo, su influjo en la historia contemporánea solo se comprende tras adentrarse en el alma de este santo polaco, capaz de iluminar el mundo en momentos tan complejos como los actuales .
La relevancia de Juan Pablo II en la historia contemporánea es inmensa , en la que aparece como una de las figuras más carismáticas del siglo XX. Su legado no solo se evidencia en la multitudinaria respuesta a su fallecimiento en 2005, sino también en el impacto de su pensamiento y acción en la Iglesia y el mundo. Henry Kissinger, a pesar de no tener interés religioso, reconoció su importancia, lo que subraya la magnitud de su impacto.
Para comprender la relevancia de Juan Pablo II, es esencial conocer su interioridad. Karol Wojtyła poseía un alma intensamente polaca, moldeada por la historia y cultura de su país. Creció en un contexto en el que la identidad polaca sobrevivió a la opresión extranjera gracias a su cultura y fe católica. De ahí extrajo la convicción de que la cultura, más que la política o la economía, es el verdadero motor de la historia. Su fe, influida por la espiritualidad carmelitana y mariana, se centraba en la entrega personal y en el sacrificio, valores que reflejó en su enseñanza y liderazgo.
Su formación filosófica y su experiencia en la Segunda Guerra Mundial y bajo el comunismo reforzaron su compromiso con la dignidad humana. Consideraba que la Iglesia debía rescatar la idea de persona de la crisis moral del siglo XX. Su capacidad para desafiar a los jóvenes y su llamada a la grandeza moral resonaron a nivel global. Además, su papel en la caída del comunismo en Europa del Este y su interpretación del Concilio Vaticano II consolidaron su legado como un líder transformador de la Iglesia y el mundo.
En suma, Juan Pablo II no solo fue un líder espiritual sino también un impulsor de cambios históricos, un defensor de la dignidad humana y un guía para la Iglesia en su misión evangelizadora.